CDMX

INAH encuentra reliquias inéditas de Teotihuacán y Chiapas en lapidaria del Templo Mayor

La investigación del INAH comenzó en 2018 y extrajo información de más de 10 mil piezas ubicadas en la lapidaria del Templo Mayor.

La información de más de 10 mil objetos de la colección lapidaria del Templo Mayor fue dada a conocer este jueves a través una investigación de más de cuatro años realizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

A través del libro Estudios Recientes en la Lapidaria del Templo Mayor. Nuevas miradas desde la arqueometría y el estilo, el INAH dio a conocer un proyecto llevado a cabo desde 2018 por un equipo multidisciplinario e interinstitucional del Instituto coordinado por el antropólogo Emiliano Melgar Tisoc.

Este libro fue presentado el jueves en el Templo Mayor, y durante el evento se habló respecto al objetivo de la investigación por parte del INAH, así como las metodologías para lograr conocer la información de las piezas ubicadas en el corazón de la Ciudad de México.

La investigación recibió apoyo económico del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y además de estudiar piezas se extrajo información de rocas y minerales ubicados en la lapidaria del Templo Mayor.

La investigación encabezada por Emiliano Melgar Tisoc y el equipo del INAH tuvo apoyo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Universidad Autónoma de Guanajuato.

El libro “ofrece información inédita sobre la procedencia y elaboración de las piezas analizadas, y abre nuevas interrogantes sobre su obtención, circulación, distribución y consumo, dentro y fuera de los confines del Imperio mexica”, señalaron representantes del INAH y del Museo Nacional de Antropología.

“Temas como la caracterización de los materiales constitutivos, la identificación de las técnicas de manufactura, el registro de secuencias de elaboración —a través de imágenes por transformación de reflectancia—, las preferencias culturales por determinadas materias primas y la medición de proporciones faciales para clasificar máscaras y figurillas” son contenidos en el libro de acuerdo con un comunicado ofrecido por el INAH.

Por si fuera poco, la investigación dio como resultado el encuentro de nuevas reliquias, materiales y estilos en la colección, así como algunas de las probables rutas de obtención y los yacimientos de origen de determinadas rocas y materiales.

Estos fueron los nuevos descubrimientos en el Templo Mayor

  • Piezas extraídas de una serpentina del yacimiento Tehuitzingo, en Puebla.
  • Se reveló que los azabaches de Templo Mayor provienen de un yacimiento ubicado en Totolapan, Chiapas.
  • También se identificó jadeíta azul (el llamado jade azul olmeca), dando por resultado “que tenemos más objetos de época olmeca de lo que se pensaba en el Templo Mayor”.
  • Se encontró una cabeza de mono araña hecha en travertino y de tecnología tolteca, varias figurillas de estilo xochicalca, y se confirmó la existencia de muchas piezas del periodo Clásico maya, del estilo Nebaj.
  • Se identificaron algunos objetos que podrían pertenecer a la cultura de Teotihuacán como narigueras en forma de mariposa y placas trapezoidales, objetos geométricos que resultan muy difícil asociar a un estilo; así como piezas huastecas que no se tenían registrados aquí.
  • Quizás el avistamiento más importante fue el descubrimiento de la posible primera reliquia de la región tarasca en las colecciones del Templo Mayor, “no sabemos si es tarasco en sí, podría ser de un grupo anterior, pero se trata de una cuenta helicoidal hecha de obsidiana del yacimiento de Ucareo, Michoacán”.

¿Cómo se hizo la investigación de las piezas del Templo Mayor?

  • Emiliano Melgar Tisoc dijo que con un equipo portátil de fluorescencia de rayos x se realizaron modelos 2.5D para mejorar los rasgos de los objetos lapidarios.
  • En el Laboratorio de Investigación y Caracterización de Minerales y Materiales de la Universidad Autónoma de Guanajuato se hizo una difracción de rayos x con la finalidad de certificar las rocas y minerales.
  • En la UNAM se hizo una caracterización molecular de algunos materiales, mismo que dio revelaciones de piezas que pertenecían a la zona de Chiapas.
  • También se hizo un análisis de huellas de manufactura se detectaron “nuevas” reliquias y estilos dentro del corpus del Templo Mayor.

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