Esta semana se dio a conocer el decomiso de refrescos pirata en la colonia Santa Martha Acatitla de la alcaldía Iztapalapa.
Se localizaron cientos de cajas con botellas con refresco de cola posiblemente clonado y se detuvo a dos personas.
David y Jesús Ignacio ‘N’ fueron puestos a disposición de un juez de control por el delito de encubrimiento por receptación.
Durante el proceso los investigadores de la Policía de Investigación (PDI) aseguraron tres placas de auto con reporte de robo vigente, una de Jalisco y las restantes del Estado de México.
Mensaje a medios de nuestro vocero, Ulises Lara, con relación a cateos por posibles refrescos clonados y cateos en Benito Juárez. Más información: https://t.co/C1STB0BWs0
— Fiscalía CDMX (@FiscaliaCDMX) May 5, 2023
La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México explicó cómo se elaboraban los refrescos falsos y cuáles eran las ganancias obtenidas.
¿Cuánto ganaban por hacer los refrescos falsos en la alcaldía Iztapalapa?
David ‘N’ era quien lavaba las botellas y cobraba hasta 2 mil 500 pesos por semana, al igual que Jesús Ignacio ‘N’ quien realizaba el sellado de envases y de reparto.
La caja de refresco rellenada la vendían a un precio de entre 200 y 210 pesos, se estima que diariamente se vendían de 50 a 60 cajas. Las ganancias estimadas eran entre 10 mil y 12 mil 600 pesos al día.
En el lugar trabajaban alrededor de 10 personas, entre lavadores de botellas, envasadores y selladores, además de transportistas y encargados del inmueble. Se calcula que los ingresos eran de hasta 360 mil pesos al mes.
¿Dónde se vendían los refrescos falsos?
Los recipientes que eran rellenados con el falso refresco de cola los adquirían en distintos sitios donde se venden y recolectan envases.
Las fichas utilizadas para resellar las obtenían con distintos recolectores de basura y los lugares en donde se comercializaba el producto eran puestos ambulantes de comida de diferentes áreas del Valle de México.
Entre ellos la zona centro y la Central de Abastos en la CDMX, además de municipios de Edomex como Chalco y Nezahualcóyotl eran algunos de los lugares a donde llegaban los refrescos pirata.