Un nuevo microsismo de magnitud 2.3 sacudió a la Ciudad de México la madrugada de este domingo 4 de febrero, según informó el Servicio Sismológico Nacional de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El reporte indica que el temblor ocurrió cerca de las 3:17 horas de este domingo a 3 kilómetros al norte de la Magdalena Contreras, una de las más afectadas por la oleada de microsismos que se han reportado desde la primera mitad del año pasado.
La alerta sísmica no se activó con este evento debido a que la cercanía con la Ciudad de México no permite la activación de los parlantes de manera preventiva, aunque se haya percibido por cientos de ciudadanos.
SkyAlert, plataforma de alertamiento sobre sismo, dijo que el microsismo de este domingo fue percibido como “fuerte” en colonias aledañas al epicentro, además de que van 24 microsismos en la zona de Las Águilas desde el pasado 12 de diciembre, siendo el más fuerte el 14 de diciembre con magnitud de 3.2.
Ante la elevada cifra de microsismos, SkyAlert instaló dos sensores en la zona de la Magdalena Contreras más afectada, mismos que respondieron para el reporte del temblor de la madrugada de este domingo.
¿Por qué hay tanto microsismo en el sur de la CDMX?
SkyAlert señala que una de las razones por las que se han reportado más de 40 microsismos de mayo del año pasado hasta la fecha es debido a que hay un reactivamiento de fallas geológicas en la cuenca de México, donde se ubican los sistemas de fallas de Copilco, Mixihuca, entre otros.
La mayoría de estos sismos, además de la proximidad de sus epicentros, tienen una profundidad y magnitud similar y se estima que todos corresponden a la secuencia de temblores que viene desde mayo.
¿Por qué no suena la alerta sísmica con los microsismos en CDMX?
Uno pensaría que debido a que los microsismos se sienten ‘fuerte’ en la Ciudad de México, la alerta sísmica debería dar un aviso; sin embargo, hasta el momento es algo imposible.
SkyAlert y el Sistema de Alerta Sísmica de México explican que esta clase de microsismos no se aleran principalmente por la corta distancia que hay entre el epicentro del sismo y la zona por alertar, esto debido a que las ondas sísmicas viajan a una velocidad de entre 5 y 7 kilómetros por segundo, dando un margen de cero segundos para avisar a los ciudadanos.