La fragmentación del ecosistema pone en riesgo la supervivencia de algunos animales y plantas que se encuentran en la megalópolis de la Ciudad de México, así lo dieron a conocer profesores de la Universidad Nacional Autónoma de México.
El Cacomixtle, zorra gris, teporingo, ajolote, lince, gran variedad de aves y plantas vasculares, son algunas de las especies que corren el riesgo de desaparecer en la megalópolis mexicana, integrada por la Ciudad de México, Estado de México, Querétaro, Hidalgo, Morelos, Puebla y Tlaxcala.
En estas zonas urbanas densamente pobladas estas especies de animales y plantas luchan por subsistir en espacios cada vez más fragmentados, indicaron David Alexander Prieto Torres y Pablo César Hernández Romero, profesores de la carrera de Ecología de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, de la UNAM.
“Aunque estamos acostumbrados a pensar que las ciudades son la antítesis de la biodiversidad, hay casos muy particulares en los que se demuestra que sí puede haber subsistencia y compartir convivencia entre el desarrollo humano y la biodiversidad”, señaló Prieto Torres, quien es responsable del Laboratorio de Biodiversidad y Cambio Global (LABIOCG) de dicha entidad académica.
El catedrático añadió que las características topológicas y climáticas de la megalópolis, así como su ubicación en una zona de transición, permiten que especies, principalmente endémicas, como los ajolotes y los teporingos (conocidos también como conejos de los volcanes), puedan vivir en las laderas de las zonas conurbanas.
Prieto Torres enfatizó la necesidad de crear políticas públicas que promuevan con mayor recurrencia la inclusión de la naturaleza como componente fundamental del diseño y la planificación urbana. Sin embargo, indicó que la apertura de espacios verdes debe tomar en cuenta los aspectos básicos de la ecología de las especies que ya viven en las ciudades.
“Cada vez es más evidente la necesidad de proteger el capital natural y de valorar los servicios de los ecosistemas dentro de las ciudades. No obstante, muchas de las iniciativas de los gobiernos orientadas al diseño e implementación de espacios verdes, incluyendo la recuperación de espacios públicos, se realizan sin considerar aspectos básicos de la ecología de las especies que ya viven en las ciudades o de las que podrían alojar”, alertó.
Evitar la fragmentación de ecosistemas para lograr la conservación de especies
Pablo César Hernández Romero comentó que evitar la fragmentación de los ecosistemas es uno de los principales retos para evitar acelerar el ritmo de la pérdida de la biodiversidad.
La conectividad del paisaje es el grado de conexión que hay entre los parches de vegetación, lo que facilita o dificulta que los organismos puedan moverse entre ecosistemas. La interacción entre animales y plantas permite que se realicen procesos importantes como la polinización, precisó Hernández Romero.
El crecimiento urbano desordenado o poco planificado en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México provoca la fragmentación de los ecosistemas nativos y amenaza los procesos ecológicos.
Además de la fragmentación de los hábitats, otro factor que afecta la supervivencia de las especies es el cambio climático, que genera más calor a nivel local y las obliga a migrar a otros espacios.
Los especialistas señalaron que la Ciudad de México es una de las más grandes del mundo, en la que existen extensas áreas definidas legalmente como “Suelo de Conservación”, conformadas por bosques, matorrales, humedales y zonas agrícolas que abarcan casi 60 por ciento de su superficie territorial (aproximadamente 89 mil 500 hectáreas).
Estos sitios, junto con las áreas protegidas, son relevantes para la preservación de la biodiversidad de la región, así como para la provisión de servicios ambientales clave, como la recarga de los acuíferos, la captura de carbono y la producción de alimentos.