Los burros y caballos, así como la mayoría de los otros équidos y todas las especies de elefantes, pueden abastecer de agua las tierras secas provocadas por el ser humano, de acuerdo con un estudio publicado en la revista científica Science.
Esto se debe a que los animales son capaces de cavar pozos de hasta dos metros de profundidad para extraer agua subterránea, que incluso pueden proporcionar a otras especies.
Para la investigación, liderada por el ambientalista Erick J. Lundgren, se colocaron cámaras trampa en cinco sitios en los desiertos de Sonora y Mojave, con las cuales se monitorean los beneficios de estos pozos creados por los animales.
“En los desiertos de América del Norte, la excavación de pozos de dos metros en el agua subterránea por los équidos salvajes aumentó la densidad de las características del agua, redujo las distancias entre las aguas y, en ocasiones, proporcionó la única agua presente”, detallaron los investigadores.
Además, señalaron, los pozos también llevaron a una mayor germinación de la fauna, especialmente de los árboles ribereños.
“Nuestros resultados sugieren que los équidos, incluso los introducidos o asilvestrados, pueden amortiguar la disponibilidad de agua, lo que puede aumentar la resistencia a la aridificación provocada por el hombre”, indicaron.