El tamaño de la pupila podría estar estrechamente relacionado con la capacidad cognitiva, es decir, la inteligencia de las personas, sugiere un nuevo estudio del Instituto de Tecnología de Georgia.
De acuerdo con la investigación, publicada en la revista de divulgación científica Scientific American y en la cual participaron más de 500 personas de entre 18 y 35 años, entre más grande es el tamaño de la pupila existe un mayor grado de inteligencia.
Para llegar a este hallazgo, los investigadores analizaron, mediante las dilataciones de pupilas, la cantidad de esfuerzo mental que las personas usaba para completar tareas de memoria, pruebas de razonamiento y atención. “Medimos el tamaño de la pupila de los participantes usando un rastreador ocular, un dispositivo que captura el reflejo de la luz de la pupila y la córnea usando una cámara y una computadora de alta potencia”.
“Descubrimos que un tamaño de pupila inicial más grande se correlacionó con una mayor inteligencia fluida, control de la atención y, en menor grado, capacidad de memoria de trabajo, lo que indica una relación fascinante entre el cerebro y el ojo”, detallaron.
Por otro lado, el tamaño de la pupila se correlacionó negativamente con la edad: los participantes mayores tendían a tener pupilas más pequeñas y contraídas. Sin embargo, una vez estandarizados por edad, la relación entre el tamaño de la pupila y la capacidad cognitiva se mantuvo.
Además de esto, la diferencia en el tamaño de la pupila inicial entre las personas que obtuvieron la puntuación más alta en las pruebas cognitivas y las que obtuvieron la puntuación más baja fue lo suficientemente grande como para ser detectada a simple vista.
Pero, ¿cómo se relaciona el tamaño de la pupila con la inteligencia?
Según los investigadores, esto debe a que el tamaño de la pupila está relacionado con la actividad en el locus coeruleus, un núcleo situado en la parte superior del tronco del encéfalo con conexiones neuronales de largo alcance.
“El locus coeruleus libera noradrenalina, que funciona como neurotransmisor y hormona en el cerebro y el cuerpo, y regula procesos como la percepción, la atención, el aprendizaje y la memoria. También ayuda a mantener una organización saludable de la actividad cerebral para que las regiones cerebrales distantes puedan trabajar juntas para lograr tareas y metas desafiantes”, explicaron.
Por lo tanto, la hipótesis sugiere que las personas que cuentan con pupilas más grandes en reposo tienen una mayor regulación de la actividad por parte del locus coeruleus, lo que beneficia el rendimiento cognitivo y la función cerebral.