Ciencia

A propósito del Día del Amor, ¿qué es el síndrome de Romeo y Julieta?

Cuando el ser humano se enamora se producen hormonas como la noradrenalina, encargada de generar obsesión, explica un profesor de la UNAM.

La noradrenalina junto con la dopamina son las encargadas de hacer sentir a una persona cada vez más obsesionada con alguien. (Shutterstock)

¿Cuántos de nosotros no hemos fantaseado con alguien que nos gusta mucho aunque ni siquiera sepa nuestro nombre? Nos visualizamos llegando de su mano a una fiesta o conociendo a sus papás.

Estas fantasías refuerzan nuestros sentimientos por esa persona aunque no esté ni enterada de nuestra existencia pero ¿por qué pasa esto?

Cuando el ser humano se enamora, en el cerebro se genera una neuroquímica específica que se encarga de hacernos sentir como si estuviéramos “en las nubes” y que nada en la vida importa más que la persona que nos gusta.

Esto se debe a que durante este proceso se generan sustancias como la noradrenalina que en conjunto con la dopamina, nos hace sentir cada vez más obsesionados con alguien, explica Eduardo Calixto González, profesor de la Facultad de Psicología, en un artículo de Gaceta UNAM.

Este efecto conocido como el síndrome de Romeo y Julieta, “da la sensación de seguir con la misma pareja, aun cuando sepamos que es un error. Por ejemplo, cuando alguien más nos dice que no nos conviene, se libera más esta sustancia y con un poquito de dopamina pensamos que es lo correcto”, comenta el psicólogo.

Lo mismo pasa aún cuando no existe una relación de por medio, es decir, que la persona solo se hace ilusiones sobre un supuesto vínculo con alguien más.

Cuando se tiene un crush con alguien y se le advierte a la persona que “no es para ella” o “no sabe de su existencia”, “paradójicamente se libera más dopamina en su cerebro y el enamoramiento hacia el crush se incrementa y terminan más vinculados, porque no logran separar la realidad del objetivo”, explica Calixto.

¿Cómo solucionarlo?

El psicólogo enfatiza el papel de los confidentes o aquellas personas a las que recurren por un consejo y recomienda actuar de manera empática para evitar agudizar los efectos del síndrome.

“Cuando un amigo o amiga tenga ese proceso, debemos ser empáticos porque de no serlo, se genera el efecto Romeo y Julieta, que resulta en una obsesión más grande y se niega el proceso”, afirma.

Además, mientras más pasan los años esta sensación tan apasionada e intensa del amor disminuye por lo que ya no es tan fácil obsesionarse con alguien.

“Los niveles de dopamina –el neurotransmisor con el cual nos enamoramos– disminuye gradualmente. Por esto, los primeros enamoramientos –sobre todo del amor platónico– son más probables en los jóvenes, cuando no tienen experiencia con las relaciones y nadie les explicó cómo funciona”, dice Calixto.

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