Más de 120 mil escáneres cerebrales mostraron cómo el cerebro humano se expande rápidamente en los primeros años de vida y luego se encoge lentamente con la edad.
De acuerdo con la revista Nature, el neurocientífico Jakob Seidlitz inició con el experimento después de llevar a su hijo, de 15 meses, al pediatra para un chequeo, pero al terminar la revisión se sintió insatisfecho con el diagnóstico médico.
No había nada malo con su hijo. El menor parecía estar desarrollándose a un ritmo típico, de acuerdo con las tablas de altura y peso que usó el médico. Lo que Seidlitz sintió que faltaba era una métrica equivalente para medir cómo estaba creciendo el cerebro de su hijo.
“Es impactante la poca información biológica que tienen los médicos sobre este órgano crítico”, dijo Seidlitz, quien trabaja en la Universidad de Pensilvania en Filadelfia.
Por este motivo, decidió acumular más de 120 mil escáneres cerebrales, la colección más grande de su tipo, para crear las primeras tablas de crecimiento integrales para el desarrollo del cerebro.
En total, el equipo del neurocientífico reunió 123 mil 894 resonancias magnéticas de 101 mil 457 personas, que abarcaron desde fetos 16 semanas después de la concepción hasta adultos de 100 años.
Las exploraciones incluyeron cerebros de personas neurotípicas, así como de quienes cuentan con una variedad de afecciones médicas, como la enfermedad de Alzheimer y diferencias neurocognitivas, incluido el trastorno del espectro autista.
Los escáneres cerebrales recolectados provienen principalmente de América del Norte y Europa. Sin embargo, expertos señalan que las pruebas aún son limitadas.
“Refleja de manera desproporcionada poblaciones que son blancas, en edad universitaria, urbanas y acomodadas. Esto limita la generalización de los hallazgos”, dijo Sarah-Jayne Blakemore, neurocientífica cognitiva de la Universidad de Cambridge.
Incluso, los propios autores advierten que su base de datos no es completamente inclusiva: tuvieron dificultades para recopilar escáneres cerebrales de todas las regiones del mundo. Los gráficos resultantes, dicen, son solo un primer borrador y se necesitarían más ajustes para implementarlos en entornos clínicos.
El estudio incluye solo tres conjuntos de datos de América del Sur y uno de África, lo que representa alrededor del 1 por ciento de todos los escáneres cerebrales utilizados en el estudio.
Los neurocientífico señalaron que su principal obstáculo fue que miles de millones de personas en todo el mundo carecen de acceso a máquinas de resonancia magnética, lo cual dificulta la obtención de diversos datos de imágenes cerebrales.
Además, aclararon que “un cerebro grande no es necesariamente un cerebro que funcione bien”.