Cuando alguien padece inflamación del hígado, se dice que padece hepatitis.
Según los especialistas, la hepatitis puede ser ocasionada por diversas causas. De acuerdo con información del Departamento de Salud de Estados Unidos, este mal puede ser causado por infecciones por virus (como las hepatitis A, B o C), bacterias o parásitos; daño hepático por alcohol o tóxicos (venenos), y medicamentos.
También puede ser ocasionada por padecer hígado graso, y por trastornos hereditarios como la hemocromatosis, una afección que consiste en tener demasiado hierro en el cuerpo, dice la Biblioteca Nacional de Medicina estadounidense.
De acuerdo con la plataforma de información de salud de la compañía europea de seguros médicos Sanitas, “la hepatitis puede ser aguda, y desaparecer con el tratamiento adecuado, o crónica, en cuyo caso puede progresar al cabo del tiempo y causar una cirrosis, insuficiencia hepática y cáncer de hígado”.
Refiere que los síntomas para detectar hepatitis, son:
· Fatiga
· Ictericia
· Fiebre, generalmente leve
· Dolor abdominal
· Picor en diferentes zonas del cuerpo
· Náuseas y vómitos
· Pérdida de peso
“El tratamiento de la hepatitis dependerá de la causa y de si se trata de un episodio agudo o crónico, pero en cualquier caso tendrá un componente farmacológico y dietético. En el caso de que la causa sea una infección también deberán adoptarse medidas preventivas para evitar el contagio, especialmente en el caso de las hepatitis víricas”, añade Sanitas.
La hepatitis A y la hepatitis B se pueden prevenir con vacunas seguras y eficaces disponibles actualmente, según la Organización Panamericana de la Salud, que añade que también está disponible una vacuna combinada que proporciona protección contra estas dos enfermedades.