La temporada de huracanes llegó territorito mexicano y ‘Agatha’, el primer fenómeno meteorológico de la temporada, hizo de las suyas en las costas de Oaxaca.
Ahora, aunque ‘Celia’ se degradó el fin de semana a depresión tropical, podría convertirse en huaracan categoría uno y golpear a las costas mexicanas porque se intensificó en Colima.
Estos fenómenos meteorológicos son parte de ciclos naturales, sin embargo, cada año se presentan con mayor fuerza y afectan a la población, que queda en un estado vulnerable.
Un estudio reciente afirma que el fenómeno de La Niña podría alterar el patrón de aparición de huracanes y atenuarlos en México.
La Niña, según National Geographic, se presenta cuando las temperaturas del océano a lo largo de la mitad oriental del Pacífico se enfrían y esa parte del planeta se seca.
El cinturón de calor se va hacía el otro lado de las aguas oceánicas, lo que se traduce en que Australia, Indonesia y el sureste de Asia sean más húmedos y cálidos de lo normal.
El fenómeno se presenta entre nueve meses y dos años y en 2022 se instaló a partir de mayo. La afectación al clima y las condiciones meteorológicas se afectan a otros contenientes y países.
Un artículo publicado en la revista Nature informa que en 2022 tenemos el fenómeno de La Niña de ‘triple caída’, que durará tres años seguidos. Esto ha ocurrido solo dos veces desde 1950.
Este La Niña particularmente largo es probablemente solo un problema aleatorio en el clima, dicen los científicos.
Sin embargo, algunos investigadores advierten que el cambio climático podría hacer que las condiciones similares a La Niña sean más probables en el futuro.
“Estamos aumentando las probabilidades de que se presenten estos eventos triples”, dice Matthew England, oceanógrafo físico de la Universidad de Nueva Gales del Sur en Sydney, Australia.
Más eventos de La Niña aumentarían la posibilidad de inundaciones en el sureste de Asia, aumentarían el riesgo de sequías e incendios forestales en el suroeste de los Estados Unidos y crearían un patrón diferente de huracanes, ciclones y monzones en los océanos Pacífico y Atlántico, además de dar lugar a otros cambios regionales.
Los impactos son de largo alcance. “El Pacífico tropical es enorme. Si cambia su precipitación, tiene un efecto dominó en el resto del mundo”, dice Michelle L’Heureux, científica física del Centro de Predicción Climática de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) en College Park, Maryland.
El último pronóstico de la Organización Meteorológica Mundial, emitido el 10 de junio, da una probabilidad del 50 por ciento al 60 por ciento de que La Niña persista hasta julio o septiembre.
Esto probablemente aumentará la actividad de huracanes en el Atlántico, que azota el este de América del Norte hasta noviembre, y disminuirá la temporada de huracanes en el Pacífico, que afecta principalmente a México.