El pasado 29 de junio, la Tierra registró un récord inusual: tuvo su día más corto desde la década de 1960, cuando los científicos comenzaron a medir la rotación del planeta con relojes atómicos de alta precisión.
Como sabes, en términos generales, la Tierra completa una vuelta completa sobre su eje cada 24 horas. Ese único giro marca un día: el ciclo de día y noche.
Pero el 29 de junio fue la excepción: la medianoche llegó 1.59 milisegundos antes de lo esperado, según explica una nota del diario británico The Guardian.
En los últimos años, los días más cortos han sido cada vez más frecuentes.
En 2020, la Tierra tuvo 28 de los días más cortos de los últimos 50 años, y el más corto de ellos, el 19 de julio, redujo 1.47 milisegundos de los 86 mil 400 segundos que componen 24 horas.
El récord del 29 de junio estuvo a punto de romperse nuevamente el mes pasado, pues el 26 de julio tuvo 1.5 milisegundos menos que lo normal.
Una velocidad fuera de lo común
El diario británico The Telegraph añade por su parte que, por lo general, la velocidad de rotación promedio de la Tierra disminuye ligeramente con el tiempo.
De hecho, los científicos se han visto obligados a agregar 27 segundos bisiestos al tiempo atómico desde la década de 1970 a medida que el planeta se desacelera.
Pero desde 2020, el fenómeno se ha revertido: los récords de velocidad se batieron con frecuencia en los últimos dos años.
“Si bien el efecto es demasiado pequeño para que los humanos lo noten, puede acumularse con el tiempo, lo que podría afectar los sistemas modernos de comunicación y navegación por satélite que dependen de que el tiempo sea consistente con las posiciones convencionales del Sol, la Luna y las estrellas”, añade el periódico.
El origen de esta velocidad de rotación
Científicos atribuyen el aumento en la velocidad de rotación de la Tierra a un fenómeno conocido como “Chadler Wobble”. Dicha velocidad varía constantemente debido al complejo movimiento de su núcleo , los océanos y la atmósfera, así como al efecto de los cuerpos celestes como la Luna.
La fricción de las mareas y el cambio de distancia entre la Tierra y la Luna hacen que la velocidad de rotación del planeta sobre su eje varíe diariamente.
El “Bamboleo de Chandler” es el cambio en el giro de la Tierra sobre su eje y normalmente hace que la rotación de la Tierra aumente, lo que significa que lleva más tiempo completar un giro. Pero en los últimos años el giro se ha vuelto menos tambaleante.
El Dr. Leonid Zotov, del Instituto Astronómico Sternberg de la Universidad Estatal Lomonosov de Moscú, cree que esta falta de oscilación puede estar detrás de los días más rápidos, de acuerdo con el reportaje de The Telegraph.