Ciencia

¿El infierno es un planeta? NASA estudia astro ‘en llamas’ de tamaño similar a la Tierra

El ‘55 Cancri e’ es un planeta que genera muchas preguntas a los científicos, ya que una mitad está llena de océanos de lava.

La NASA confirmó avances en el estudio de exoplanetas de características similares a la Tierra. (NASA, ESA, CSA, Dani Player (STScI))

Con los trabajos del telescopio James Webb, la NASA informó que continúa la investigación sobre nuevos exoplanetas, es decir, planetas que orbitan alrededor de una estrella, así como la Tierra. Uno de los más llamativos por estudiar es el 55 Cancri e, que posee océanos de lava y es denominado popularmente como “el infierno”.

El 23 de enero la NASA informó sobre la confirmación del LHS 475 b, el primero de los exoplanetas por estudiar que posee características casi iguales a las de la Tierra, ya que tiene un diámetro 99 por ciento similar.

El logro es completamente significativo, ya que el telescopio James Webb tiene capacidades únicas para estudiar las condiciones de exoplanetas rocosos así como sus atmósferas.

Desde mayo de 2022, la NASA dijo que además del LHS 475 b estudiará al 55 Cancri e, que tiene características tan llamativas por el fuego visible desde su descubrimiento hace más de una década.

55 Cancri e: Esto sabemos del exoplaneta ‘de fuego’ que estudia la NASA

Tras los hallazgos obtenidos con el LHS 475 b, científicos de la NASA aseguraron que continuarán con la investigación de exoplanetas, y todo indica que el siguiente en confirmar su composición es el 55 Cancri e, que circula a 2.5 millones de kilómetros de una estrella similar al Sol y se cree que su parte diurna está compuesta por oceanos de lava.

Los científicos aún desconocen cómo es que la mitad del planeta está compuesto por lava si este orbita por la estrella de forma similar a la Tierra; sin embargo, una de sus explicaciones es que tiene una atmósfera “dinámica” que mueve el calor.


Otra de las posibilidades que estudian los especialistas es que el 55 Cancri e gire sobre sí mismo tres veces por cada dos órbitas, lo que haría que no tenga un acoplamiento de mareas.

“En este supuesto, la superficie se calentaría, se derretiría e incluso se vaporizaría durante el día, formando una atmósfera muy delgada que el Webb podría detectar. Por la noche, el vapor se enfriaría y se condensaría para formar gotas de lava que precipitarían sobre la superficie y volverían a solidificarse al caer la noche”, explica la NASA.

Cuando el organismo espacial informó sobre la investigación del planeta y se popularizó denominarlo infierno, la iglesia respondió diciendo que el infierno no necesariamente era un lugar, sino un “estado de la privación eterna y definitiva de Dios”, según dijo Mario Arroyo, doctor en Filosofía por la Ponitificia Universidad de la Santa Cruz de Roma.

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