El brusco fortalecimiento del huracán Otis cuando tocó tierra en la zona turística de Acapulco, Guerrero, fue tan extremo que los meteorólogos lo describieron como un “escenario de pesadilla”, uno que se está volviendo demasiado común.
Los vientos máximos de Otis aumentaron de 80 kilómetros por hora en la mañana del martes 24 de octubre a 265 kilómetros por hora a las 23:00 horas del mismo día. Este repentino incremento de la fuerza, conocido como intensificación rápida, es particularmente peligroso porque puede tomar por sorpresa a los funcionarios de emergencias e impedir evacuaciones oportunas.
El huracán Otis es el más reciente de una serie de desastres climáticos, desde huracanes hasta inundaciones, avivados por el aumento de la temperatura de los océanos a niveles récord. En junio, las temperaturas globales de la superficie marina fueron las más altas en 174 años de datos, y la aparición del fenómeno climático de El Niño se suma a la tendencia a largo plazo a medida que se eleva la temperatura del planeta.
Eric Blake, del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, quien escribió el informe que califica la intensificación de Otis como un escenario de pesadilla, dijo que no usó el término a la ligera. Estaba justificado, dijo en X, porque Otis se dirigía hacia una ciudad importante como un huracán de categoría 5 —el más fuerte en la escala de cinco niveles Saffir-Simpson— después de recrudecerse desde una tormenta tropical en menos de 24 horas.
Fue una explosión de intensidad que tomó por sorpresa a los meteorólogos y desconcertó los modelos de pronóstico computarizados.
“La rápida intensificación sigue siendo extremadamente difícil de pronosticar”, dijo Phil Klotzbach, investigador de huracanes de la Universidad Estatal de Colorado. “Si bien el huracán Otis se encontraba en un entorno propicio para el fortalecimiento, predecir ese tipo de intensificación sigue siendo bastante difícil. Ninguno de los pronósticos de los modelos estuvo ni siquiera cerca”.
Otis es el huracán más fuerte que jamás haya tocado tierra en México, aunque los registros formales para el Pacífico oriental sólo se remontan a alrededor de 1950, dijo Ryan Truchelut, meteorólogo y propietario de la empresa de pronósticos WeatherTiger.