La generación de anticuerpos rebeldes podría estar causando que algunas personas estén enfermando de COVID de manera grave, de acuerdo con una investigación realizada por un grupo de científicos dirigido por Jean-Laurent Casanova de la Universidad Rockefeller en Nueva York.
Los expertos analizaron en septiembre pasado a 987 personas que enfermaron de forma grave de COVID-19 en Estados Unidos y detectaron que de estas, el 10 por ciento tenían anticuerpos que atacaban y bloqueaban a las moléculas de interferón tipo 1, las cuales, normalmente ayudan a reforzar la respuesta inmune contra patógenos extraños, de acuerdo con la revista Nature.
Un porcentaje sorprendente porque las cantidades de anticuerpos de las personas normalmente son muy diferentes.
Los investigadores también descubrieron estos anticuerpos rebeldes en personas antes de que estas se infectaran de coronavirus, por lo que consideran que algunas personas podrían estar genéticamente predispuestas a producirlos.
Estos anticuerpos son más comunes en hombres que en mujeres, un posible factor de por qué el COVID-19 parece afectar más a los hombres.
Los especialistas ahora están evaluando a 40 mil personas para ver cuántas tienen autoanticuerpos preexistentes y determinar si su edad, ascendencia y género coinciden con los que han enfermado de forma grave de COVID.
Otro estudio realizado por Akiko Iwasaki y Aaron Ring, inmunólogos de la Facultad de Medicina de Yale en New Haven, Connecticut, analizó a 194 pacientes y trabajadores del hospital universitario con diferentes grados de COVID en busca de una amplia gama de estos anticuerpos.
Los especialistas encontraron una mayor prevalencia de autoanticuerpos que atacan al sistema inmunológico en personas infectadas que en personas no infectadas. También detectaron anticuerpos que atacan a las células B y otros que afectan al interferón.
Los científicos también detallaron que el SARS-CoV-2 podría hacer que el cuerpo genere anticuerpos que atacan a los órganos.
"Algunas de las personas infectadas tenían autoanticuerpos contra proteínas en sus vasos sanguíneos, corazón y cerebro", explicaron los expertos a la publicación.
"Esto fue particularmente intrigante porque muchos de los síntomas observados en la pandemia están relacionados con estos órganos", añadieron.
Sin embargo, aún no tienen claro si la infección por COVID-19 hizo que el cuerpo de los enfermos comenzara a producir estos anticuerpos o si las personas infectadas ya los tenían.
Los expertos advierten que los médicos deben administrar los medicamentos cuidadosamente para que no interfieran con la batalla que el cuerpo está librando contra el SARS-CoV-2.