El Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) ha desarrollado un dispositivo de prueba serológica para la detención de infecciones por COVID-19.
El Laboratorio de Microtecnologías para la Biomedicina, Unidad Monterrey, creó esta prueba que ayuda a identificar a personas que hayan tenido la enfermedad causada por el virus SARS-CoV-2 y a aquellas que podrían ser asintomáticas, según un comunicado de Cinvestav.
El doctor José Luis García Cordero, quien es titular del laboratorio, explicó que esta prueba es un dispositivo más pequeño que una tarjeta bancaria el cual, mediante la tecnología microfluídica, miniaturiza la prueba ELISA, que es la estándar usada para detectar anticuerpos en la sangre.
Otra ventaja de este dispositivo mexicano de pruebas serológicas es que está hecho con un material similar al hule, llamado biopolímero, el cual tiene un costo bajo. Además, en el dispositivo pueden ser colocadas hasta 50 muestras de suero sanguíneo y con resultados listos en dos horas, indica el comunicado.
"El dispositivo cuenta con biosensores, generados en el Cinvestav, encargados de reconocer los anticuerpos (IgG o IgM) producidos por el cuerpo de las personas contra el virus SARS-CoV-2, en particular identifica las proteínas espiga, el dominio RBD, la subunidad S1 y la nucleocápside. De modo que al entrar en contacto las muestras con el biosensor se produce una reacción que es visible a través de un microscopio de fluorescencia, donde es posible identificar los casos positivos a COVID-19", destaca el texto.
La ventaja de este dispositivo desarrollado es que, además de detectar casos positivos por el virus, ayuda a estudiar la respuesta inmune a la enfermedad y a medir los anticuerpos una vez que se suministre una vacuna. Las pruebas ayudarán a conocer al porcentaje de la población que haya sido contagiada con el virus, añade el texto.
Este dispositivo de pruebas serológicas cuenta con una solicitud de patente ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, y los resultados han sido aceptados para ser publicados en la revista Lab on a Chip.
Los investigadores, además, tienen la intención de comercializar el dispositivo mediante una start-up y acelerar el despliegue de este en hospitales del país.
El proyecto fue financiado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, a través del fondo Proyectos de Investigación Científica, Desarrollo Tecnológico e Innovación en Salud ante la Contingencia por COVID-19, y contó con la participación de los centros de Investigaciones en Óptica (CIO), de Investigación Científica de Yucatán (CICY) y el Instituto Nacional de Cardiología 'Ignacio Chávez'.