El conejo teporingo en el Nevado de Toluca está extinto. La conclusión se dio tras una investigación exhaustiva realizada en 2017 por el Centro de Investigación en Ciencias Biológicas Aplicadas (CICBA), de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM).
Para los especialistas, la ausencia de esta especie en el bosque del Xinantécatl representa, además de la pérdida de fauna endémica, un llamado de atención a la humanidad ante la falta de conservación de su hábitat , se informó a través de un artículo publicado por UNAM Global.
El también conocido como conejo zacatuche, esta especie exclusiva de México, se consideró desde 1966 en peligro de extinción, y diversas investigaciones realizadas en la década de los 80, 90 y la primera del siglo XXI ya apuntaban a su desaparición.
Antecedentes
Una investigación realizada por investigadores de la UNAM y la UAM en la década de los 80, había documentado que no se encontró rastro alguno de esta especie, donde previamente había registro de su existencia.
En su libro El Conejo Zacatuche, tan lejos de Dios y tan cerca de la Ciudad de México (1994), los investigadores Alejandro Velázquez y Francisco J. Romero ya elaboraban un ambicioso plan de manejo para esta especie, que hasta la fecha no existe en territorio mexiquense, de acuerdo a la investigación de la bióloga, Alma Abigail Luna Gil, de la UAEM.
Esther Quintero Rivero, subcoordinadora de especies prioritarias de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) explicó que en México se consideró oficialmente una especie de riesgo desde 1994.
Para el 2003, el biólogo Gerardo Ceballos González, académico de la UNAM ya lo había considerado extinto del Nevado de Toluca.
Al parecer el último avistamiento de teporingo (Romerolagus diazi) en el Nevado de Toluca se produjo en agosto de 2003, siendo sólo un animal el observado; además se encontraron tres letrinas con excretas con distintos estados de descomposición. Sin embargo, a esa fecha y después de varios recorridos no se han vuelto a ubicar rastros de dicho animal considerándose extinto en el Nevado de Toluca.
La falta de agua repercutió en su extinción
Ante la pérdida del conejo teporingo "también se pierden funciones en el ecosistema que hacen que haya un efecto de cascada, en el que al no haber una parte de ese ecosistema empieza a haber un chorro de problemas asociados a su falta", explicó la bióloga Esther Quintero.
Finalmente, Octavio Monroy Vilchis, coordinador del CICBA de la UAEM, afirma que los estudios realizados en la zona confirman que "cada vez hay menos cobertura vegetal, forestal y menos vertebrados".
Es una zona muy importante como captadora de agua y es doblemente importante porque es una zona donde se capta el agua y donde tomamos en el valle de Toluca y al no haber árboles ni vegetación, cambia los patrones de precipitación, de lluvias en general, y va disminuyendo y eso va a provocar que haya menos agua .