Culturas

Tina Turner y Pharrell Williams en estos discos

‘Foreign Affair’, ‘Breakin’ Away’, de Al Jarreau, y ‘GIRL’.

Foreign Affair fue el tercer gran disco de Tina Turner en la década de los 80. (Shutterstock)
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ARTISTA: Tina Turner
SELLO: Parlophone
PRECIO: $402 (CD Doble)

La reina del rock

Foreign Affair fue el tercer gran disco de Tina Turner en la década de los 80, tras el éxito de Private Dancer y Break Every Rule. El álbum, que alcanzó status de platino en todo el mundo, incluye The Best, el sencillo más importante de esta producción, considerado todo un himno de la década, que sigue trascendiendo generaciones con uno de los coros más reconocibles en la historia de la música pop. Además de The Best, el álbum se complementa con algunos favoritos del catálogo de Turner, como Steamy Windows y I Don’t Wanna Lose You. El segundo disco incluye lados B, remixes y un demo inédito de The Best.

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ARTISTA: Al Jarreau
SELLO: Warner Bros.
PRECIO: $476

Cantante único

Este es un buen álbum vocal de jazz pop, obra del cantante inglés Jamie Cullum, quien, es sus mejores momentos, tiene todo para eclipsar a figuras como Michael Bublé y Harry Connick Jr. Al escucharlo, queda claro que el funcionamiento de Cullum es mucho mejor cuando no se esfuerza en complacer a los aficionados al jazz directo y navega con más comodidad cuando lo mezcla con el pop. Twentysomething, lanzado en 2004, presentaba a un cantante en la cima de sus habilidades vocales y al piano, con una colección de temas llenos de swing.

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ARTISTA: Pharrell Williams
SELLO: Columbia Records
PRECIO: $668

Divertido, frívolo y sin excesos

Junto a sus compañeros Missy Elliot, Timbaland y Chad Hugo, Pharrell Williams ha jugado un papel crucial en la progresión del neo-R&B, el rap y, en consecuencia, del pop. Pharrell fue totalmente imparable en 2013 y era obvio que iba a capitalizar ese éxito y lanzar su segundo álbum, esta vez enfocándose en éxito obtenido en la música pop. Musicalmente, el sonido es muy similar al trabajo por el que ha sido conocido como parte de su equipo de producción, The Neptunes, aunque es más rico en sonoridad. Comparado con sus álbumes con N.E.R.D. e In My Mind, este es, sin duda, el mejor disco de Williams.

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