Aunque te parezca extraño, no siempre se ha celebrado la llegada del Año Nuevo el 1 de enero.
Las culturas del mundo se han regido por diferentes calendarios, como el Romano, el Juliano y el Gregoriano, por lo que la llegada del Año Nuevo no siempre ha coincidido con el 1 de enero. Este último es el que está vigente y es utilizado en la mayoría de los países del orbe.
Instaurado en 1582 por el Papa Gregorio XIII, el anuario que lleva su nombre estableció el primer día del ciclo el 1 de enero, por lo cual el planeta cumplirá 440 años de conmemorar este hecho, explica la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en un comunicado sobre el tema.
“En el planeta han existido diferentes inicios de año a lo largo de la historia de las culturas. Por esa razón hay algunos que empiezan en primavera, otros en el solsticio de invierno, o bien en verano; es una elección de un grupo humano para contar su anualidad”, señala el documento.
“Es decir, la consideración del año nuevo es un fenómeno cultural relativamente independiente de las homologaciones oficiales o de los ajustes astronómicos que puedan existir”, agrega.
Otros calendarios
Antes de la era cristiana, el año nuevo arrancaba en lo que actualmente es marzo. No obstante, en enero (considerado el undécimo mes), los cónsules de la Antigua Roma asumían el gobierno, por lo que Julio César, en el año 47 a.C., creó el Calendario Juliano.
Los romanos dedicaron el día 1 de enero a Jano, el dios de las entradas y los comienzos. Este mes recibió su nombre en su honor, pues se creía que la deidad tenía dos caras, una que miraba adelante y otra atrás. El Calendario Juliano en memoria del emperador permaneció válido durante casi 16 siglos, hasta la llegada del Gregoriano.
Sobre las culturas prehispánicas, el investigador del Instituto de Astronomía Daniel Flores Gutiérrez, explica lo siguiente: “Tenían un inicio de calendario, en el caso de Mesoamérica había una combinación de varios, pero consideramos dos importantes, que serían las cuentas de 360 y 260 días. La primera es la que corresponde al Sol, porque se completaba con cinco días, los denominados de Wayeb, en el área maya”.
El inicio del calendario Mesoamericano es el 2 de febrero del Juliano, pero cuando vino la corrección y se estableció el Gregoriano (actual) se ajustó al 12 de febrero.
“En el área maya, además, estaba una fecha de inicio de año alrededor del 16 de julio. Esta es una representación de esa gran capacidad de pensamiento de los grupos humanos en América y en Mesoamérica en el que establecían y comprendían muy bien los movimientos de la bóveda celeste y determinaban su calendario, sus cuentas, eso lo sabemos por el estudio de su calendárica”, resaltó el responsable del Anuario del Observatorio Astronómico Nacional.