En una película filmada hace más de 40 años, la caridad se presenta como una terrible paradoja. Una anciana de clase alta -interpretada por Sara García- reparte monedas entre los niños de un cinturón de miseria. Dos de ellos se pelean por unos centavos y esa riña desata una tragedia. Es la trama del cortometraje que cierra la trilogía Fe, esperanza y caridad, de Alberto Bojórquez, Luis Alcoriza y Jorge Fons, filmada en 1976. "Una película muy triste, que sigue vigente", dice Fons.
"En un sistema en decadencia como el que vivimos en México, el Estado es cada vez más incapaz de dar alivio a las carencias de la sociedad. La desigualdad es atroz. Los pobres crecen y el grupo de favorecidos que acumulan poder es menor. Esta es una sociedad muy extraña, en la que se bestializan las relaciones", agrega el cineasta.
Autor de películas como Los cachorros, El callejón de los milagros, Los albañiles, Rojo amanecer y El atentado, Jorge Fons está celebrando 50 años de su debut como director. Su primera cinta fue La sorpresa, un corto de la cinta colectiva Trampas de amor, de 1968, cuyo guion escribió con Gustavo Sáinz. Recién egresado del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos, Fons, quien ya había estudiado actuación y dirección con Seki Sano, Enrique Ruelas y José Luis Ibáñez, incursionó en el cine y desde entonces su mirada aguda sobre los grandes males de la sociedad ha sido implacable.
Aunque, ataja, su intención es simplemente contar historias. Amante del teatro y el cine, antes que realizador, asegura, es un espectador. Y no puede vivir sin ver películas. "Me creí valiente y me acerqué a la práctica. Hago cine porque me gusta vivir las vidas de los demás", apunta quien este jueves recibirá la Medalla Cátedra Ingmar Bergman de la UNAM.
Jorge Fons fue asistente de dirección de José Luis Ibáñez y Juan Ibáñez en sus cortometrajes participantes en el primer concurso de cine experimental en 1965 y en la cinta Los Caifanes, en 1967. Su película Los albañiles recibió el Oso de Plata en el Festival de Berlín en 1977. En 1991, Rojo amanecer obtuvo el Ariel a mejor película, dirección, actriz, actor, guion, música, edición y coactuación masculina. De 1998 a 2002 presidió la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas. Premio Nacional de Ciencias y Artes 2011.
¿Qué le sugería la palabra caridad cuando filmó la trilogía?
La caridad es una expresión solidaria, que la Iglesia toma como un concepto religioso. Yo creo en la solidaridad humana, por eso en la película se ve de manera crítica a una caridad que no ayuda, sino que desata una serie de acontecimientos que van hasta la tragedia, porque en una sociedad desigual, la caridad la da quien tiene al que no tiene y uno se pregunta: "¿Por qué existe quien avienta monedas y quien las recoge?".
A la distancia, la desigualdad es mayor, la Iglesia está denostada, ¿se vuelve más indignante ese concepto?
La Iglesia siempre ha estado mal, desgraciadamente, sólo que ahora nos damos más cuenta. Pero, por ejemplo, el personaje de Caridad (Katy Jurado), cuando quiere rescatar el cuerpo de su marido le dice al funcionario de la barandilla: "Hágame la caridad". ¿En dónde queda la caridad? Yo siento que podríamos vivir sin ella, si tuviéramos otras cosas, como para no necesitar de la caridad.
¿Por qué quiso contar en el cine la matanza de Tlatelolco?
Era un interés que había nacido desde el 2 de octubre de 1968. Todos queríamos decir algo, gritar, queríamos justicia, nos preguntábamos por qué sucedió, por qué puede llegar la intolerancia al grado del crimen social. A lo mejor si se hubieran sentado con los muchachos, ellos lograrían resolver alguno de los seis puntos que querían discutir, se hubieran tomado una foto y se irían a disfrutar la Olimpiada. Pero no fue posible por la soberbia y el ansia de expresar la fuerza del poder.
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Me gustaría filmar la historia que está en mis sueños: de una sociedad igualitaria, artística, humanista, en la que la justicia sea una realidad y la solidaridad se pueda ver
¿Qué historias nos hace falta ver en el cine?
A mí me gustaría filmar la historia que está en mis sueños: de una sociedad igualitaria, artística, humanista en la que la justicia sea una realidad y la solidaridad se pueda ver.
¿Eso caería en la ficción, contrario a su cine basado en la realidad?
Sí. Tristemente. Vienen momentos clave para toda la humanidad, porque estamos viviendo un sistema global, no como en los años entre 1917 y 1989, cuando había un sistema socialista, en pugna y confrontación permanente con el capitalismo. Ahora hay una unidad sistémica, todo el planeta es capitalista. Yo escribo historias que rozan esa utopía, tengo guiones inacabados, ideas para filmar, sí quiero hacer una película, a lo mejor no se hace, pero el deseo está ahí siempre.
Jorge Fons recibirá este jueves la Medalla Cátedra Ingmar Bergman. Se exhibirá la versión restaurada por la Filmoteca de la UNAM de Rojo amanecer, con la presencia del actor Héctor Bonilla y comentarios de Jorge Volpi.Sala Julio Bracho del Centro Cultural Universitario, 17:00 horas. Entrada libre.
Ha dicho que toda historia parte de una escena. ¿Cuál es la escena que ve actualmente en México?
Una que empieza a expresar un cambio y muchas dificultades. Haber echado al PRI tiene gran importancia, pero este régimen nuevo, de un partido nuevo, se las va a ver muy duras para cumplir lo que prometió. Se va a enfrentar con un poder que no querrá que le quiten los privilegios. Hay que tener los ojos muy abiertos para ver qué tanto se va a pretender alcanzar lo que se prometió y qué tanto se va a poder cumplir; ahí van a estar las grandes películas.