(Re)crear tu amistad. No olvidar el primer concierto ni cuando grabaron su primer disco. Releer la carta que te escribió Robert Smith cuando decidió que no fueras a la gira del Disintegration y redimirte para volver del abismo. Lol Tolhurst confundaste The Cure y trazaste un camino hacia la Ítaca personal.
A través de 300 páginas, Tolhurst -que cumplió 60 años en febrero- recorre su historia y los sueños de sus primeros años con The Cure en Cured: The Tale of Two imaginary Boys (MalPaso, 2019).
"Dejé la banda hace más de 20 años y, así como Patti Smith dejó de tocar y comenzó a escribir cómo fue su viaje, decidí hacer algo similar. Tengo un amigo que me presentó a un editor de libros y comencé hacerlo; era buen momento para mirar mi vida y darle un repaso. Hablar de esto", recuerda el músico y escritor nacido en Horley.
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Robert es un artista introspectivo, oscuro, melancólico, creativo. Siempre ha formado parte de su personalidad: el poeta visionario, el artista torturado. Pero es alguien que disfruta tomando una cerveza y viendo un partido de futbol.”
Confía en quien revele algo vergonzoso
Para Tolhurst, los primeros pasos de la banda comenzaron cuando él y Smith fueron enviados juntos a la escuela , a sus cinco años, y subieron a un autobús hacia un paradero desconocido. Una amistad que se fue nutriendo y que pasaría desde compartir su devoción por álbumes como Axis: Bold As Love de Jimi Hendrix hasta Can, Thin Lizzy, Stray o evocar la técnica de 'maestros personales' como Buddy Rich.
"Me sentía como un outsider porque la ciudad era muy pequeña y por las cosas que hacía con mis amigos. Pero teníamos esa bomba para hacer música; éramos amigos porque también éramos outsiders.
"El lugar donde crecimos resultó ser una influencia determinante en la manera como sonaba la banda. Para empezar, había esa uniformidad apagada típica de las ciudades surgidas tras la Segunda Guerra Mundial en la que se habían encontrado los que huían de los bombardeos con la gente de toda la vida de Surrey y Sussex", recuerda el músico quien, en un videoclip dirigido por Tim Pope, llegó a vestirse como un gato gigante mientras lo filmaban al vagar por las calles.
El escritor George Orwell no se fiaba a la primera de una autobiografía o memorias de cierto personaje, ni del mismo Salvador Dalí, y decía: "De una autobiografía solo podemos fiarnos cuando revela algo vergonzoso". Y en Cured existe: desencuentros con Billy Idol en una gira, peleas contra pandillas de skin heads en los conciertos y también en bares, así como noches idílicas en el estudio o una búsqueda por la redención en el desierto.
No ser un esclavo de las decisiones de alguien más
Cured no es un manual para quien va en ascenso en el mundo del rock, sino una advertencia e historia labrada desde las experiencias personales. También es un recordatorio para entender que la vida no es trabajar y solo morir. Es una pieza que conecta a lo terrenal; una que no deja fuera al lector en el viaje.
"No importa qué profesión o vocación llegues a tomar, es algo para ti y por ti, pero es importante que reconozcas tus fortalezas o talentos para hacer ciertas cosas y, si lo amas, que te dediques a eso. Si la vida te lo ofrece, y eres bueno, quizá deberías hacerlo toda tu vida.
"Mucha gente crece y sus padres o la sociedad les dice que deben hacer algo toda su vida, doctor o abogado, y no querían serlo. Haz lo que pienses que es lo mejor para ti; no seas un esclavo, porque no serás feliz y si haces algo que te gusta, el mundo es un mejor lugar para vivir", explica Tolhurst.
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Por algún motivo Robert no es un artista solitario. Es verdad que él escribe la mayoría de las letras, pero los músicos dan vida a las canciones con su corazón y su alma y sin Simon habría un vacío irremplazable.”
Three Imaginary Boys: nadie quería ser el refrigerador
Ser honesto en los buenos momentos y en las caídas es un pilar para el extecladista. Una manera de acercar al universo de The Cure al lector, como la ocasión en que por accidente orinó a Billy Idol en el baño durante un gira conjunta con Gen X, y cuyo emblema era la canción de 'Dancing with myself'.
"Decidí hablar acerca de la reunión con Billy Idol porque pasó y es la verdad. Algunas cosas son verdad y algunas otras pasaron de forma distinta. Es gracioso porque hace poco fui a Los Angeles a comprar unos lentes en una tienda y la chica que me atendió me dijo: 'Oh, Billy Idol estuvo aquí porque compró los mismos lentes', entonces me fui. Corrí, por si acaso aparecía", recuerda el exbaterista inglés, al tiempo que se frota las pantorrillas y se acomoda sus vans negros.
La imagen de su mítico álbum debut -donde aparecen tres electrodomésticos y un fondo rosa- fue una decisión tomada por alguien más. Tenían 20 años y el productor no les dio opción, simplemente llegó la portada.
"¿Un refrigerador, una lámpara y una aspiradora? Cuando los periodistas nos preguntaban, inventábamos historias sobre quién era qué. Y nadie quería ser el refrigerador", señala uno de los capítulos de Cured.
La oscuridad como método
Fantasmas y vivos han ocupado los mismos lugares en diferentes momentos y por distintas razones, como en las primeras grabaciones de The Cure: compartían el estudio con personas como Gary Moore o Iron Maiden, eso genera una energía atractiva con consecuencias, quizá imperceptibles.
"Era interesante pensarlo porque tienes a los fantasmas que trabajaron ahí, pero para mí no era tan importante como cuando estuvimos en América y grabamos en el mismo estudio donde estuvo Elvis, no fue excelente, pero estuvo bien.
"¿Te digo algo?, estuve impresionado, pero si allá nos movíamos tres kilómetros a lo lejos del estudio podíamos ir al lugar donde asesinaron a Martin Luther King Jr., en Memphis, y eso era más importante para mí", señala el también productor.
El desgaste se ve reflejado capítulo a capítulo, desde quien lo vive hasta las personas que lo rodean como su primera esposa y los integrantes que van rotando en la banda.
" En su momento, cuando pasó, fue muy malo porque perdí la cabeza y casi me volví loco al salir de ese lugar, pero fue un don para mí porque si no sabes qué es lo peor, tampoco lo mejor", expresa el músico inglés sobre su experiencia con el alcohol, "decidí salir del asfalto y levantarme. Lo agradezco. Cuando era joven la oscuridad se notaba muy atractiva".
Con títulos como 'Broken' o 'Disintegrated' hasta 'Courts of justice' o 'Desperate in the desert' hasta 'Reflections', cada episodio del libro se convierte en un rompecabezas hacia la redención. Un camino para sanar y una escultura abierta al público. Una donde podemos leer parte de la carta que Robert Smith le entrega para pedirle que no vaya de gira con ellos y con la que termina su relación musical.
"Si piensas que vas a ser famoso, rico o tener muchas chicas, no es para ti; déjalo porque nunca será. Si escribes, si tienes motivación, lo harás, pero tienes que ser dedicado. No hacerlo por algo fashion, sino por convicción", sentencia.
La reconstrucción es clave en la pieza de Tolhurst, se concentra en recordar paso a paso parte de los diálogos, formas de ser y tratos. Conoce bien a sus amigos, a músicos pilares del siglo XX, y nunca lo mezcla con la fantasía. Es ponerlo en palabras. Recrear para curar.