La gran poeta estadounidense Sylvia Plath; su marido, el también destacado poeta inglés Ted Hughes, y la amante de éste, Assia Wevill, traductora de poesía y publicista, conformaron un triángulo de muerte. Plath se suicidó el 11 febrero de 1963, dos años después de que Hughes la dejara por Assia, y esta última, quien cargaba con el fantasma de Sylvia en su relación con Hughes, también se quitó la vida seis años después, el 23 de marzo de 1969. Como Sylvia, Assia abrió la llave de gas de su departamento en Londres y se llevó también a Shura, la hija que tuvo con Hughes.
Esta tragedia de la vida real ha sido llevada al teatro por el escritor mexicano Jorge Volpi (Ciudad de México, 10 de julio de 1968) en su más reciente libro: Las agujas dementes, editado por Almadía. "Yo siempre he sido un lector de Sylvia Plath. Conocía su historia pero no conocía y me pareció cada vez más interesante descubrir cómo fue también la historia de ella y Ted Hughes con esta otra pareja, formada por Assia y David Wevill. Me pareció una historia fascinante, terrible, con una enorme cantidad de sutilizas, de aristas que reflejan una época; una historia que al mismo tiempo es de poesía, de violencia, de repeticiones", dice el autor en entrevista.
Aunque es conocido sobre todo por su faceta de narrador y ensayista, no es la primera vez que Volpi escribe teatro. En 2018, la Compañía Nacional de Teatro estrenó su obra El origen del mundo, en la que el autor parte de la realidad, que mezcla con ficción, para arriesgar una particular hipótesis sobre la génesis del sistema económico capitalista. Ahora, Volpi decidió contar en formato teatral la historia de Plath -quien sufrió la infidelidad, la vanidad y el maltrato de Hughes- y de este grupo de poetas para darles la voz a los protagonistas. "Lo que permite el teatro es que sean los mismos personajes los que pongan sus conflictos en escena", comenta al respecto.
El autor de Una novela criminal, sobre el caso de Florence Cassez y ganadora del Premio Alfaguara de Novela en 2018, empezó a escribir Las agujas dementes a principios del año pasado: "Por supuesto las lecturas que más acompañaron la escritura de este libro fueron las de las obras de los distintos poetas, incluso la de los poemas que Assia llegó a traducir. También las distintas biografías y estudios que hay sobre todo de Sylvia Plath y de Ted Hughes. A partir de ahí me fui a la escritura, que terminó ya en esta época de pandemia. Por lo complejo que es tener montajes en este contexto, me pareció importante que el libro estuviera pensado tanto para ser representado como para ser leído".
Sobre la figura de Sylvia Plath, ícono feminista cuya imagen sin embargo en ocasiones es reducida a la de una poeta suicida, el también coordinador de Difusión Cultural de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) considera que afortunadamente cada vez su figura literaria se vuelve más importante: "Ha ido creciendo con los años. Siguen apareciendo biografías sobre ella, nuevas ediciones, nuevas traducciones de sus distintos textos. Creo que cada vez la estamos conociendo mejor".
"Sylvia se ha convertido en una especie de ícono del feminismo aunque a ella le tocó vivir justamente antes del gran movimiento feminista que empezó sobre todo a fines de los años 70 y en los años 60, y que se prolonga hasta nuestros días. Pero su poesía ya tenía la sensibilidad de una mujer capaz de contar todo lo que vivía, con todos sus conflictos y con toda la violencia que sufría, tanto violencia institucional como la violencia del propio Ted", añade.
Por el auge que ha cobrado, en México y en el mundo, el movimiento feminista para exigir un alto a la violencia y a la discriminación de las mujeres, Las agujas dementes es una obra que dialoga con el presente. "Sigue siendo una historia muy actual por los temas que aborda, que tienen que ver con la violencia de género. Con esta nueva fuerza que ha adquirido el movimiento feminista, la vida de Sylvia y la vida de Assia frente a la violencia de Hughes se vuelven muy actuales".