Culturas

Muere Alicia Alonso, leyenda de la danza mundial

La Prima Ballerina Assoluta e icono de la danza cubana, falleció este jueves a los 98 años de edad, confirmó Miguel Cabrera, historiador del Ballet Nacional de Cuba.

LA HABANA, Cuba.- La Prima Ballerina Assoluta Alicia Alonso, una leyenda de la danza mundial, falleció este jueves, confirmó Miguel Cabrera, el historiador del Ballet Nacional de Cuba y amigo cercano de la artista. Tenía 98 años.

Creadora de un estilo propio que marcó los grandes escenarios del mundo y fundadora de una escuela en Cuba por la que pasaron todos los grandes bailarines hasta la fecha, Alonso se vio muy deteriorada en sus últimas apariciones públicas.

Cabrera dijo que la Prima Ballerina Assoluta murió en el Hospital CIMEQ en La Habana alrededor de las 11 de la mañana.

Prácticamente ciega la mayor parte de su vida, Alonso se mantuvo hasta el final de sus días al frente del Ballet Nacional de Cuba, aunque en los últimos tiempos las decisiones ejecutivas las tomó su sucesora Viensay Valdés. Se vio muy deteriorada en sus últimas apariciones públicas.

México lamenta la muerte de la bailarina cubana

El Gobierno de México, a través de la Secretaría de Cultura y la Secretaría de Relaciones Exteriores lamentó el fallecimiento de la Prima Ballerina Assoluta del Ballet Nacional de Cuba.

"Desde el Gobierno de México lamentamos el sensible fallecimiento de la bailarina cubana Alicia Alonso (1920-2019), figura legendaria del ballet iberoamericano y la danza clásica", se lee en la cuenta oficial de Twitter de la Secretaría de Cultura.

"El Gobierno de México lamenta el fallecimiento de la gran Alicia Alonso y extiende sus sinceras condolencias al gobierno y pueblo de Cuba por la gran pérdida que ello significa. Vivirá por siempre con su arte entre nosotros. Descanse en paz", escribió en Twitter el canciller mexicano Marcelo Ebrard.

De singular rostro, expresivo perfil en punta y técnica dancística inigualable, con su personalidad carismática atrajo el amor, pero también el odio. Tuvo fama de mujer despiadadamente exigente y enemiga de aquellos que se cruzaban en sus decisiones.

Pero ante todo, fue la pasión desbordante lo que impulsó su vida: "Arte, maestría y sufrimiento, las tres cosas que marcaron mi carrera", sintetizó la prima ballerina assoluta de Cuba en una entrevista con AP a finales de la pasada década.

Tenía una energía que la catapultó hacia la fama alejándola del retiro más allá de lo posible. "No vamos a poner el límite (a la existencia) a 200 años, vamos a ver lo que dice la ciencia... ¿Usted se cansa de vivir? Yo no", dijo entonces la diva en la misma entrevista.

Icono de la danza clásica

Nacida el 21 de diciembre de 1920 en La Habana, bajo el nombre de Alicia Ernestina de la Caridad del Cobre Martínez del Hoyo, inició su formación artística en 1931 en la Escuela de Ballet de la Sociedad Pro-Arte Musical.

Poco después se trasladó a Estados Unidos, donde continuó sus estudios con Enrico Zanfretta, Alexandra Fedórova y varios profesores eminentes de la School of American Ballet.

Hasta entonces era Alicia Ernestina de la Caridad del Cobre, pero en 1936 se casó con su colega y compatriota el maestro Fernando Alonso y conservó por siempre el apellido de él, incluso después de divorciarse.

A finales de la década de 1930 estaba lista para su debut profesional y lo hizo en Broadway, trabajando en comedias musicales.

En 1939 ingresó al American Ballet Caravan, antecedente del actual New York City Ballet, y se incorporó al Ballet Theatre of New York cuando este se fundó un año después.

"El público norteamericano siempre ha sido precioso conmigo... Crecimos al mismo tiempo. En esa época el ballet de Norteamérica no estaba desarrollado, fuimos los primeritos", admitió a AP.

A partir de allí su carrera cosechó toda clase de éxitos interpretando los papeles más destacados del repertorio clásico y romántico junto a los grandes de la coreografía mundial: Mijail Fokine, George Balanchine, Leonide Massine, Bronislava Nijinska, Antony Tudor, Jerome Robbins y Agnes de Mille.

Su preocupación por desarrollar el arte de las puntas en Cuba la llevó en 1948 a fundar en La Habana el Ballet Alicia Alonso y dos años después la Academia Nacional de Ballet.

Su retiro definitivo del escenario se anunció el 29 de diciembre de 1995, al bajar el telón tras una presentación de "Farfalla", en la ciudad italiana de Faenza pero siguió al frente de la compañía.

"En la historia yo soy la bailarina que más tiempo ha durado en la escena", contó Alonso con una sonrisa de satisfacción. Pero el retiro "fue duro", admitió.

Varios desprendimientos de la retina dejaron a la bailarina viendo apenas luces y sombras la mayor parte de su vida. Fuera del escenario, empero, siguió montando coreografías, decidiendo cada gira y cada programa de la compañía.

Sólo un sinsabor profesional a veces la amargó, reconoció: la deserción de Cuba de algunos bailarines que como pichones ella vio crecer, aunque en los últimos años permitió que varios de esos talentos volvieran a presentarse en la isla.

"Es doloroso", dijo a reporteros luego que cinco bailarines se quedaran en Estados Unidos en el 2003. "Han recibido una educación de más de nueve años, enseñándoles sin costo", agregó con voz cascada.

En Cuba y en el extranjero su trabajo le mereció las más altas condecoraciones y compañías como el Ballet Theatre of New York o el Bolshoi de Moscú reconocieron su figura haciendo sendas presentaciones de homenaje en las temporadas 2010, cuando ella cumplió 90 años.

Le sobreviven una hija, Laura Alonso, un nieto, Iván (Monreal Alonso), y dos bisnietas, Carmen y Camila, así como su segundo esposo, Pedro Simón, con el que contrajo matrimonio en 1975 y quien es director del Museo Nacional de Danza creado por Alicia Alonso en 1998.

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