Culturas

Panteón Rococó: críticos hasta el fin

La banda mexicana asegura que si bien funge como entretenimiento, también es un enlace de comunicación y que por ello, seguirá criticando todo lo que no le parezca, sin importar el gobierno en turno.

Si hay una banda que surgió a raíz de la crisis económica del 88, del nacimiento del EZLN y de la crisis del PRI, es Panteón Rococó. Y aunque eso sucedió hace 23 años, las letras de este grupo siguen vigentes en un país que aún tiene al 43 por ciento de su población en condiciones de pobreza, según el último estudio elaborado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

A propósito de su último sencillo, El último ska, hablan Raúl Ibarra Dr. Shenka (voz) y Missael Oseguera (saxofón) sobre los cambios sociales, culturales y políticos que ha sufrido México durante las dos décadas en las que el Panteón ha estado más vivo que nunca.

¿Cómo influyó el contexto social en el desarrollo de la banda?

Dr. Shenka: Un detonante primordial para el nacimiento de Panteón Rococó fue el surgimiento del EZLN. Fue un modelo de inspiración para nosotros, para poder trabajar como grupo, como equipo. Y eso lo asimilamos tan bien que aquí seguimos 23 años después, trabajando por un proyecto en el que creemos fervientemente y al que le hemos entregado toda nuestra energía y nuestra pasión.

¿Cuál es el relato de Panteón Rococó en un país que ha cambiado tanto de 1994 a la fecha?

Missael: Muchas de nuestras letras siguen vigentes. Las mentiras y las ilusiones las venimos arrastrando no desde los 90, sino desde hace muchas décadas. Nos prometieron que nos íbamos a hacer millonarios con el petróleo. La clase política mexicana opera de manera cíclica. Pero en lo que sí creemos es que vivimos en una sociedad civil mucho más organizada.

¿El pasado 1 de julio se dio un paso hacia el conservadurismo?

Dr. Shenka: Yo creo que de repente sí. Como sociedad vamos aprendiendo el camino de la democracia. Nosotros somos hijos de la crisis económica; es la marca de nuestra generación. Pero los niños de ahora no sólo son hijos de la crisis: también de la violencia. Lo que yo rescato de las pasadas elecciones es que la sociedad haya recobrado su confianza en el voto y en sus decisiones. Eso es lo más importante para seguir ejercitando y valorando nuestra incipiente democracia.

Es necesario realizar estos ejercicios básicos para que, en algún punto de la historia, podamos coexistir en un país tan diverso y contrastante. Y creo que esto lo están entendiendo muy bien los jóvenes, que hoy tienen una herramienta que nosotros no teníamos: las redes sociales. El Internet brinda la posibilidad de informarse a través de medios que ofrecen una visión distinta y menos oficial de lo que sucede a nuestro alrededor.

Muchas de nuestras letras siguen vigentes. Las mentiras y las ilusiones las venimos arrastrando no desde los 90, sino desde hace muchas décadas

Ustedes, junto con otras bandas, fueron muy importantes para la crítica de un sistema que se cayó el primero de septiembre de 1994. ¿Serán igual de contestatarios con este régimen que está por venir?

Missael: Quizás sí nos encaminamos a un conservadurismo más grave, pero hoy es más fácil para la gente tener un diálogo con el gobierno. A diferencia del 68, hoy existen más posibilidades de salir a tomar las calles.

Dr. Shenka: Panteón es una banda que se ha mantenido observadora de lo que sucede a su alrededor. Tenemos la obligación de ser críticos de nuestro entorno social. Si bien fungimos como entretenimiento, también somos un enlace de comunicación con los jóvenes. En ese sentido, seguiremos criticando todo lo que no nos parezca, sin importar el gobierno en turno.

AMLO gobernará sin contrapesos legislativos, y no parece dar muestras de que vaya a tolerar a la prensa crítica. ¿Será Panteón un contrapeso en el sexenio?

Dr. Shenka: En algún momento también lo fuimos cuando fue jefe de gobierno de la Ciudad de México. Criticamos cuando se le concedió el Zócalo, un espacio público para todos los mexicanos. Pero de pronto ese zócalo fue concesionado a la propiedad privada y, en cierto sentido, eso nos dejó al margen de las cosas que nosotros hacíamos como banda. Porque las bandas nos ganamos el Zócalo cuando los conciertos al aire libre estaban prohibidos. Fue un espacio que nos ganamos bandas como Santa Sabina o El Tri. Creo que grupos como Maldita Vecindad o Los de Abajo debemos ser un contrapeso del gobierno entrante.

¿La ideología ya no juega?

Dr. Shenka: Debería jugar. Una de las disyuntivas que tenemos con el Internet es que la información se diluye tan rápidamente que los jóvenes no sienten una identificación real con lo que sucede en su contexto social y económico. Sin embargo, hay eslabones importantes, como los 50 años del Movimiento Estudiantil de 68, que se ha retomado.

¿Cómo se le canta La carencia a las nuevas generaciones?

Missael: De joven me tocó que la policía me detuviera en la calle sólo por traer el pelo largo. Era normal que te apuntaran con un arma sólo por eso. En ese sentido, la violencia contra los jóvenes ha disminuido en la Ciudad de México, pero lamentablemente existe otro factor que ha profundizado el problema: el narcotráfico. La carencia y muchas de nuestras canciones siguen conectando 23 años después por su grado de honestidad.

Ustedes son partidarios de que surjan nuevas bandas, pero cuando se observa el cartel del Vive Latino se ven a los grupos de siempre de hace 10, 20 o 30 años…

Es una problemática a la que los organizadores del Vive... se irán enfrentando. Se ha tenido que recurrir bandas extranjeras para llenar ese hueco de headliners. Ojalá en México surja una escena sólida, pero mientras las bandas no entiendan que hacer un grupo no significa sacar una rola y querer vivir de ella, esto no va a cambiar. Por desgracia, muchas bandas nuevas ya no trabajan. Yo tengo un centro cultural en el centro de la capital donde damos oportunidad a nuevos grupos, y me ha tocado ver que para muchos músicos todo es importante, menos trabajar. Les interesa la borrachera, la fiesta, el streaming. La industria hoy depende de sencillos. La desventaja de eso es que una banda con dos sencillos no puede sostener un show como headliner. La escena es complicada porque las empresas que organizan estos eventos no trabajan en la generación musical. Lo que hacen es pescar bandas que ya tienen cierto éxito.

No se trabaja realmente como semillero de artistas. El día en que estas empresas inviertan durante todo el año en la creación de espacios y apoyos económicos a grupos pequeños, la escena cambiará. El Vive Latino no es la fórmula para crear una escena musical. El Vive es la cereza del pastel, el premio a lo que una banda ha realizado todo el año. No garantiza el triunfo o el éxito.

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