Una familia se mantiene aceptar las circunstancias, los dos menores parecen más preparados para soltar sus miedos y enfrentarse a la vida.
Restos de viento, la segunda cinta de Jimena Montemayor, se centra en el duelo y, venturosamente, resulta un canto lleno de vida. La cinta, que tendrá su premiere en México este jueves en la Cineteca Nacional, se estrena el viernes 29 en el circuito alternativo de varias ciudades del país.
¿Escribiste la película después de la muerte de tu padre (el escritor Carlos Montemayor, fallecido en febrero de 2010), fue una forma de enfrentar el duelo?
Durante la escritura del guion perdí a mi padre, así que sabía de lo que estaba hablando. Como fue un proceso muy largo de escritura, lo bonito fue ver esa progresión y cómo pude hablar del duelo ya desde un lugar de luz, haber perdonado la ausencia y lo que representa en mi vida. Al mismo tiempo dos primitos míos se quedaron huérfanos y convivir con ellos me ayudó a entender cómo lo veían y lo procesaban. Fue muy visceral y ya con el tiempo descubrí que también hay cosas bonitas, puertas que se abren, tú te abres a la vida de una manera muy profunda.
¿En qué momento apareció el elemento fantástico?
Este personaje estaba desde el inicio, en parte porque partía de la literalidad, de cómo los niños ven el mundo y con la imaginación son capaces de proyectar y resolver cosas con una habilidad que se pierde con los años y también como una metáfora de lo que para mí fue el duelo, de esta ausencia que permea y te sigue, como si tus muertos te siguieran. La gente habita ciertos espacios y cuando se van, se meten en espacios que en vida no llegaban a ti, no llegaban a tu mente. Los amigos imaginarios de los niños son reales para ellos, los abrazan, los acompañan y están ahí porque es su manera de lidiar con ciertas cosas.
¿Por qué elegiste a una protagonista extranjera (la argentina Dolores Fonzi)?
Estaba buscando que el personaje fuera esta mujer que se enamoró, emigró, echó raíces en otro país y de pronto pierde su raíz primordial y su desconexión es absoluta, no tiene una red de apoyo. Ella entendió todo eso y le dio a Carmen unas dimensiones muy hermosas. Paulina sí había llevado actuación y Diego era la primera vez que se acercaba al cine y me gustó mucho cómo los tres se ven tan equilibrados en pantalla. El casting lo hizo Luis Rosales, que es el director de casting de Roma y buscamos niños no actores o con poca experiencia, para lograr esa frescura.
Con tu nuevo proyecto no te alejas demasiado de la atmósfera de Restos de viento, aunque son historias completamente distintas, pero está presente el elemento fantástico.
Sí, voy a filmar una adaptación de Las mujeres del alba, la historia del primer levantamiento de guerrilla en México y trata sobre las mujeres que fueron parte de la resistencia. Es una historia coral, entrevisté a algunos de los personajes que siguen vivos y tomé sus testimonios, pero agregué ciertos detalles de realismo mágico, hay partes con fantasmas que habitan en los ambientes de guerra.
¿Se enteró tu padre que ibas a hacer esa película, la adaptación de su última novela?
No. Pero teníamos una deuda pendiente. Hablamos de llevar algo al cine, él tenía mucha ilusión de que adaptaran sus novelas, Guerra en el paraíso se intentó adaptar varias veces, pero nunca se logró, él me lo contaba cuando empecé a estudiar y cine y yo le decía 'no te preocupes papá, yo me voy a encargar de hacer una'. Tengo una promesa que cumplir.