Siete profesionales de la salud que atendieron a Diego Armando Maradona en los días previos a su muerte fueron acusados de homicidio involuntario.
Maradona, quien llevó a la Selección Argentina a ganar la Copa del Mundo de México 1986, murió a los 60 años de un ataque al corazón el pasado 25 de noviembre en una residencia alquilada en las afueras de Buenos Aires, luego de una cirugía cerebral dos semanas antes.
Un informe de la junta médica entregado a los fiscales este mes concluyó que Maradona estuvo en agonía durante más de 12 horas, no recibió el tratamiento adecuado y aún podría estar vivo si hubiera sido hospitalizado a tiempo.
Los fiscales acusaron el miércoles al neurocirujano Leopoldo Luque y a la psiquiatra Agustina Cosachov, los dos líderes del equipo médico de Maradona, y a otros cinco profesionales de la salud de homicidio involuntario.
Un médico, un psicólogo, dos enfermeras y una enfermera coordinadora fueron los otros.
El informe del panel médico dijo que “se ignoraron los signos de riesgo de vida del paciente”, y agregó que Maradona “mostró signos inequívocos de un período prolongado de agonía” de al menos 12 horas.
Según el informe, la atención que recibió Maradona en la casa alquilada no cumplió con los requisitos mínimos para un paciente con su historial médico, y que habría sobrevivido con “una hospitalización adecuada”.
Maradona había sufrido una serie de problemas médicos, algunos por excesos de drogas y alcohol. Según los informes, estuvo cerca de la muerte en 2000 y 2004.
Julio Rivas, abogado de Luque, dijo a principios de este mes que los análisis forenses del informe eran defectuosos y “sesgados ... sin fundamento científico”.