Stan Kroenke fue apodado “Stan, el Silencioso” después de comprar a los entonces Carneros de San Luis, dado que rara vez hablaba o celebraba las victorias en público.
Pero el domingo pasado, cinco temporadas después de mudar la franquicia de la NFL a Los Ángeles desde y momentos después de que su equipo ganara el campeonato de la Conferencia Nacional, el multimillonario de 74 años se soltó.
“¡¿La casa de quién?!”, Kroenke gritó mientras aceptaba el trofeo en el centro del campo ante 70 mil fanáticos en el SoFi Stadium de 5.5 mil millones de dólares que construyó, lo que permitió que la multitud diera su ovación habitual: “¡La casa de los Carneros!”
Incluso antes del inicio el 13 de febrero, contra los Bengalies de Cincinnati en el Super Bowl LVI, el equipo y el estadio de Kroenke se perfilan como grandes ganadores. Los patrocinios, la venta de entradas y los bienes raíces del magnate están listos para recoger una serie de beneficios según analistas de la industria del deporte.
“Valida la inversión que hizo para trasladar a los Carneros a Los Ángeles y construir el estadio más magnífico del planeta”, consideró Marc Ganis, cofundador de Sportscorp, una consultoría deportiva con sede en Chicago.
Los temas del dinero y el poder en la NFL también se relacionan con el éxito de Kroenke. Compró a los Carneros por 750 millones de dólares en 2010 y ahora la franquicia vale 4 mil 680 millones de dólares, lo que la convierte en la tercera más valiosa de la liga, según Sportico. Esa es una parte considerable de una fortuna de 12 mil 500 millones de dólares amasada a través del deporte y los bienes raíces, según el Índice de multimillonarios de Bloomberg, y eso ni siquiera incluye su matrimonio con la heredera de Walmart, Ann Walton Kroenke.
Su Kroenke Sports & Entertainment también es propietaria de la franquicia de baloncesto Denver Nuggets; el equipo de hockey, Colorado Avalanche, y el Arsenal de la Premier League con sede en Londres.
La presencia de los Carneos en Los Ángeles también debe mucho a la influencia de Kroenke, y la de la NFL. En noviembre, Kroenke y la liga acordaron pagar 790 millones de dólares para compensar a la ciudad de San Luis por la reubicación del equipo, evitando un juicio que amenazaba con sacar a la luz pública detalles confidenciales de las finanzas de la liga.
Ese episodio reforzó la narrativa de una liga cuyos nobles dueños responden solo ante sí mismos, un punto crítico recurrente entre los fanáticos y no fanáticos, que quieren que los deportes modelen una mejor visión de la sociedad estadounidense. El período previo al Super Bowl se desarrolla en medio de la controversia sobre los despidos fuera de temporada que dejaron solo a un entrenador en jefe afroamericano en una liga en la que aproximadamente 70 por ciento de los jugadores son afroamericanos, y con un entrenador despedido, Brian Flores, que demandó a la NFL por discriminación en sus prácticas de contratación.
Kroenke y los Rams se negaron a comentar para este artículo.
El Vince Lombardi no es lo único en juego para los Carneros
Las victorias del Super Bowl, o la falta de ellas, generalmente tienen un valor limitado para los equipos establecidos. Los Vaqueros de Dallas, con un valor de 6 mil 920 millones de dólares (lo que la convierte en la franquicia más valiosa de la NFL) no han ganado el título desde 1995. Sin embargo, los Carneros, como un equipo nuevo en un mercado donde los fanáticos tienen numerosas opciones de entretenimiento (los Dodgers, los Lakers, conciertos, playas y futbol americano con UCLA y USC) deben demostrar que vale la pena pagar un boleto por verlos.
“Una victoria en el Super Bowl probablemente proporcionaría un impulso al valor de la franquicia de aproximadamente 5 por ciento, además del aumento anual regular que hemos visto en los últimos años”, explicó Kurt Badenhausen, reportero de valoración deportiva de Sportico. Estimó que el valor de los Carneros aumentó 14 por ciento en 2021.
Inusual para el dueño de un equipo, Kroenke construyó el SoFi Stadium, también hogar de los Cargadores, sin el uso de financiamiento del gobierno. Está desarrollando el área circundante, la antigua pista de carreras de caballos de Hollywood Park, en una comunidad de apartamentos, oficinas y tiendas de uso mixto que triplica el tamaño de Disneyland y el proyecto inmobiliario más grande en el oeste de EU.
Todavía es un trabajo en progreso. La NFL ocupa cuatro pisos del primer edificio de oficinas del proyecto, con tres pisos aún disponibles para alquilar, según el sitio web del desarrollo. El sitio tiene derechos para 46 mil metros cuadrados de espacio adicional para oficinas y un hotel de 300 habitaciones. El Teatro YouTube de 6 mil asientos, que comparte techo con el Estadio SoFi, abrió en agosto, y la primera de las 2 mil 500 residencias se completará este verano.
El proyecto de Kroenke es una ‘bendición’ para Inglewood, el suburbio de Los Ángeles que atravesó tiempos difíciles en la década de 1990 cuando el área se vio afectada por disturbios y el equipo de baloncesto de los Lakers y la franquicia de hockey Kings se mudaron a un nuevo estadio en el centro de Los Ángeles. Un recordatorio del pasado accidentado de Inglewood llegó el 30 de enero, cuando un violento altercado en el estacionamiento del SoFi Stadium antes del partido de los Carneros y 49ers dejó a un fanático de San Francisco en coma inducido.
Gana Kroenke, ganan (casi) todos
Kroenke no es el único que se beneficia del éxito de los Carneros y su estadio. La NFL negocia acuerdos de televisión, comercialización y contratos de licencia, y las ganancias se dividen en partes iguales entre los 32 equipos de la liga. Los ingresos locales derivados de la venta de entradas, concesiones y patrocinios corporativos, por su parte, se destinan a las franquicias individuales.
Los boletos más baratos para el Super Bowl se cotizaron recientemente por más de 4 mil 900 dólares cada uno en el sitio web de StubHub, mientras que los lugares de estacionamiento cercanos se cotizaron por arriba de los 300 dólares.
“Las participaciones relacionadas, especialmente los bienes raíces y el control del estadio, contribuyen en gran medida a generar valor de franquicia”, dijo el consultor deportivo David Carter en un correo electrónico. “También es de vital importancia evaluar no solo el interés de los fanáticos, sino también el interés corporativo. Un equipo competitivo en un importante mercado de medios que ha estado exhibiendo un nuevo estadio no se pierde en los patrocinadores u otras empresas que esperan usar SoFi como telón de fondo”.
El estadio recibirá mucha publicidad en una transmisión por televisión que cuesta a los anunciantes 6.5 millones de dólares por un comercial de 30 segundos, según Ganis de Sportscorp.