El circuito urbano del GP de Azerbaiyán ha sido fundamental en el calendario de la Fórmula 1 y este año no es la excepción en el inicio de las actividades con las primeras prácticas libres, ya que en su curva 8 pasa por la entrada de uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad de Bakú, la Torre de la Doncella, que desde 2000 es Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco.
Ubicada en las orillas del Mar Caspio fue construida en el siglo XII, por lo que su antigüedad llama la atención para locales y turistas, ya que en su interior cuenta con un museo y una tienda. Es además la construcción más grande de la parte histórica e incluso ha sido reflejada en algunos billetes.
Esta fortaleza –diseñada por Masud ibn Davud– cuenta con ocho ventanas, cuatro de ellas se iluminan durante el solsticio de invierno (cada 22 de diciembre). También son ocho sus pisos; la numerología indica que los 28 metros que mide su parte norte hacen referencia a su nivel por debajo del mar. En su ala sur, la medida es de 31 metros.
La historia detrás de la Torre de la Doncella
Hay varias leyendas alrededor de este sitio, pero la que más ha tomado fuerza a través de los años es la del enamoramiento del sha por su hija, por lo que gracias a su autoridad buscó casarse con ella. La condición de la joven para llegar al altar fue que construyeran una torre, por lo que se accedió a su petición.
Cuando quedó terminada, asustada por la unión con su propio padre, subió a la torre. El desenlace toma dos rumbos. Hay quienes aseguran que huyó hacia el mar, mientras que otros apuntan a un final fatídico en donde saltó desde las alturas para evitar su boda.