Chivas celebró un campeonato de la Liga MX en 2017 como locales en el Estadio Akron ante Tigres, a quien vuelve a recibir cuando se enfrenten este domingo 28 de mayo por el partido de vuelta de la final del Clausura 2023.
Entonces todo fue felicidad para los de Guadalajara, pero no tanto para el cuadro felino ni para el árbitro central Luis Enrique Santander, pues sus decisiones le trajeron consecuencias negativas a su carrera luego de un error que aceptó después.
Todo fue en una polémica jugada dentro del área chica por parte de Jaír Pereira sobre Ismael Sosa ya en tiempo de compensación, pues decidió que no era falta y no marcó un penal en contra de los rojiblancos que pudo haber cambiado el destino del campeonato.
“Ese día me equivoqué. No hay duda de que me equivoqué. Hubiera sancionado penal”, le dijo a MVS. Debido a ello, Chivas venció a los de Nuevo León con un marcador de 2-1 después de un empate en su primer duelo.
Las consecuencias para Santander del error arbitral de 2017
Después de las acciones ese 28 de mayo del 2017, Santander tuvo que enfrentarse a una suspensión y un veto de cinco años sin dirigirle a las Chivas como locales. Además, denunció que estaba recibiendo amenazas.
“En dos días recibo más de mil amenazas de muerte por medio de Twitter, son muy desagradables. La gente no entiende que uno no sale a equivocarse”, apuntó al asegurar que seguía esforzándose en su trabajo. “Muchas veces vi la jugada, pero la vida del árbitro es así”, añadió.
Ahora la responsabilidad será de César Ramos. En el juego de ida en el Estadio Universitario, Tigres no aprovechó para sacar ventaja y el encuentro terminó con un empate a 0 por lo que todo se decidirá en la vuelta.