El sueño de miles de aficionados mexicanos, la fantasía de la Harp y la petición de Giancarlo Stanton a Omar Minaya: Todos esos deseos fueron cumplidos con el soñado regreso de los Yankees de Nueva York a la Ciudad de México para enfrentar a los Diablos Rojos del México.
Tal y como pasó hace 58 años, la capital mexicana se dejó embriagar por la presencia de la que es, quizás, la franquicia de beisbol más importante en el mundo: los Yankees.
Ahora el escenario fue otro. No lo fue el Parque del Seguro Social, sino el estadio Alfredo Harp Helú, aunque el rival sería el mismo, los Diablos Rojos, el equipo más ganador de la Liga Mexicana de Beisbol.
Crónica del primer partido de Yankees vs. Diablos
Así, desde el mediodía dominical se presenciaron los aglomeramientos vehiculares en las avenidas aledañas a la Magdalena Mixhuca. Los ríos de aficionados caminando desde el metro Velódromo. Todos acudiendo al encanto del ‘Rey de los deportes’, portando, orgullosos las franelas de las dos novenas a enfrentarse.
Pese al gozo, la labor incluyó sacrificios. La temperatura que rondaba los 28 grados centígrados, los 300 pesos de la tarifa del estacionamiento y la reventa que costeaba boletos entre los tres mil y cuatro pesos fueron solo algunos de ellos.
Antes de empezar el partido, la jornada ya había tenido diversos para el anecdotario, como la conferencia de prensa, donde estrella de Nueva York, Giancarlo Stanton, accedió a ponerse una máscara de luchador en reconocimiento a su admiración por la cultura mexicana.
También estuvo la interpretación de los himnos nacionales, los cuales pusieron de pie y fueron acompañados por el coro de los 20 mil asistentes al “averno de los Diablos”.
Sin embargo, el mejor momento vino cuando Mariano Rivera, el mítico relevista panameño de los Yankees saltó al campo para lanzar la primera bola. La ovación fue ensordecedora, justa para un inmortal que tuvo la primera votación unánime de la historia para entrar al Salón de Fama en Cooperstown.
Iniciado el cotejo, arrancó también ese singular ambiente en el que las notas musicales del órgano, las cumbias, el reguetón y hasta las canciones norteñas provocaron los cánticos, las palmas y las porras de los aficionados.
¿Qué pasó en el primer partido de Yankees vs. Diablos Rojos?
El pitcher Trevor Bauer y el segunda base dominicano Robinson Canó, flamantes adquisiciones estrella provocaron los momentos de mayor apoyo de los seguidores de los Diablos, mientras que el parador en corto Anthony Volpe y Stanton se notaron como los consentidos por los seguidores del equipo del Bronx.
Fue, precisamente Canó, quien detonó una gritería que debió escucharse hasta el Templo Mayor, tras conectar un jonrón en la parte baja de la cuarta entrada, el primero que realiza como pingo, y que rompió el empate a cero en la pizarra.
Conforme avanzaron las entradas, en las que un partido que se preveía de muchas carreras se iba cargando únicamente para el bando de los locales, también se fueron diferenciando los aficionados conocedores del deporte, quienes no perdían detalle, anotaban y disfrutaban de cada turno al bat lanzamiento.
Los otros lo fueron los asistentes de ocasión, coloquialmente conocidos como villamelones que no desperdiciaron momento para tomarse la selfie.
El atardecer poco a poco apagó la temperatura y fue escribiendo el resultado del primero de los dos encuentros de la serie. Los Yankees, afectados por las pocas horas de estancia en México, estuvieron con la pólvora mojada hasta la novena entrada, en la que armaron un rally por el que casi empatan la pizarra.
Marcador final: ¿Quién ganó el Yankees de Nueva York vs. Diablos Rojos del México?
En cambio, los Diablos tomaron lo que les correspondía para llevarse la victoria. Un triunfo especial, por ser frente a la histórica y orgullosa franquicia neoyorquina.
El sueño de miles de aficionados mexicanos. La fantasía de la Harp y la petición de Giancarlo Stanton a Omar Minaya, quien le dijo al directivo de Yankees que deseaba jugar en la CDMX, quedarían cumplidos en su primera parte.
Este lunes por la noche, en el mismo escenario, a partir de las seis de la tarde, se vivirá el segundo capítulo.