Lalalli Senna recuerda a su tío como un “Papá Noel mágico, amado y gracioso” porque siempre le traía regalos. Hoy es una de las encargadas de preservar el legado del gran campeón brasileño de Fórmula Uno, Ayrton Senna, quien continúa vivo “en el corazón de las personas” cuando se cumplen 30 años de su muerte en el Gran Premio de San Marino.
“Creo que tocó un lugar especial en el corazón de la gente. Fue más allá del deportista. De alguna forma, inspira a la gente a superar sus propias adversidades y dar su mejor versión”, afirma a EFE su sobrina en el circuito de Interlagos, donde Ayrton protagonizó algunas de sus mayores gestas al volante.
La conmoción nacional que supuso ese fatídico 1 de mayo de 1994 ha dado lugar, tres décadas después, a una fiesta sobre el trazado paulista para conmemorar la leyenda, el mito, una “figura unánime” en todo el mundo, como describe Lalalli, artista multiplataforma y activista de 38 años.
Ella era una niña cuando el triple campeón mundial de F1 se estrelló a casi 300 kilómetros por hora contra el muro de protección de la curva de Tamburello del circuito de Ímola, en la séptima vuelta del Gran Premio de San Marino.
“Fue horroroso”, describe. Dicen que desde ese día Brasil nunca volvió a ser el mismo. Se fue con él un pedazo de la alegría que se le presume a este país. “Juguetón” y “muy mágico”.
Lalalli le recuerda como un “tío muy querido, muy mágico, muy bromista y muy gracioso”.
“Jugaba con todos los pequeños de la familia, nos llevaba en moto acuática. En vacaciones jugaba con nosotros en la piscina. Siempre venía cargado de regalos. Parecía Papá Noel. Venía pocas veces al año, pero era muy intenso. Traía regalos de patrocinadores, de los fans... Era increíble”, rememora.
El legado de Ayrton Senna
Dos meses antes del trágico accidente, le comentó a su hermana Viviane, madre de Lalalli, que le gustaría hacer “algo de verdad para ayudar a las personas, especialmente a los niños”.
Fue la semilla del Instituto Ayrton Senna, que nació pocos meses después de la muerte del piloto de São Paulo, con la idea de promover la educación. En estas tres décadas, ha ayudado a 36 millones de niños y adolescentes en 3.000 municipios, según la entidad.
“Mi madre pensó que la mejor forma de transformar la vida de un menor es a través de la educación porque la educación cambia todos los indicadores” sociales, explica. Las mujeres, al frente del legado de Senna.
Porque son las mujeres de la familia las que están sosteniendo el legado de forma más activa. La madre del piloto, Neyde Senna, montó todo el memorial con todo el acervo material de su hijo: trofeos, fotos, recortes de periódicos...
Bianca, hermana de Lalalli, también se encarga de proteger la memoria de Senna a través de la marca que creó el propio piloto en vida.
Y Lalalli lo ha querido trasladar al mundo del arte. De su autoría es un espectacular busto metalizado de su tío, de 3.5 metros de altura y 550 kilogramos, instalado desde noviembre de 2022 en el Autódromo de Interlagos, con motivo de los 50 años del GP de Brasil.
Fue una petición de Neyde y un trabajo plástico minucioso llenó de memorias.
“Anduve bajando y subiendo del andamio, retocaba, y de repente la escultura me devolvió la mirada y fue como si él estuviera allí. Fue muy emocionante y muy profundo. Quedó exactamente como él me miraba cuando era pequeña”, expresa.
La familia aún hoy se sorprende al ver cómo Ayrton Senna, treinta años después de su adiós, “continúa impactando en el corazón y la vida de las personas”. Los fanáticos de la F1 así lo reconocen este miércoles sobre el trazado de Interlagos.
“Tenía esa energía, esa motivación que aportaba a la gente. Es unánime en todo el mundo”, sentencia.
Senna, triple campeón del mundo (1988, 1990 y 1991), con 41 victorias, 65 ‘poles’ y 80 podios en la categoría reina, falleció a los 34 años en el Autodromo Enzo e Dino Ferrari, durante el muy trágico Gran Premio de San Marino.