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Abraham Ancer y su despunte como golfista, pese al 'narco'

Padeció la guerra contra el narcotráfico que inició en 2006, año en el que huyó de Reynosa por la inseguridad y decidió convertirse en golfista profesional.

Abraham Ancer recuerda que su infancia fue una de las etapas más felices de su vida. El golfista mexicano mejor ubicado actualmente en el ranking mundial (189) cuenta que la vivió al lado de Abraham –su padre–, quien desde los 4 años lo llevaba a jugar al campo de golf del Club Campestre, ubicado al norte de Reynosa, Tamaulipas. Era la década de los 90.

"La ciudad tenía sus problemas, como todas, pero era un lugar muy tranquilo para vivir", cuenta Ancer en entrevista para El Financiero. "En los campos de Reynosa mi papá hizo que me enamorara del golf. Era un jugador amateur que tenía handicap 1 o 2, pero nunca llegó a ser profesional".

Pero la situación en el estado se transformó entre 1998 y 1999. El Cartel del Golfo anexó a la organización a exmilitares mexicanos para que fueran su brazo armado contra otros carteles de la droga. Los nombró Los Zetas. En esos dos años –según cifras del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI)– coincidió que se registraron 614 homicidios, 50 más de los que hubo entre 1996 y 97.

Ancer sostiene que ni él ni su familia notaron un incremento en la violencia hasta el verano de 2005. Recuerda que poco a poco la ciudad se volvió muy insegura a tal grado que a él y a su padre les era complicado trasladarse al Club Campestre, porque tenían que cruzar toda la ciudad y tomar un tramo de carretera. En esos días los retenes policiacos y las balaceras eran cada vez más comunes en la ciudad.

Su familia se vio obligada a tomar, en 2006, una decisión: regresar a McAllen para huir de la violencia. La elección –sostiene Ancer– coincidió con su deseo de convertirse en golfista profesional. Veía en Estados Unidos el lugar perfecto para aprender inglés y perfeccionar su juego. En diciembre de ese mismo año, el entonces presidente Felipe Calderón inició la guerra contra el narcotráfico.

Ancer se inscribió en la preparatoria Mission, Texas, en la que ganó tres premios al Jugador Más Valioso del Año y de la que se graduó en 2010. Al tiempo, en su natal Tamaulipas, los Zetas se separaron del Cartel Golfo. El impacto fue brutal. Ese mismo año se registraron 935 homicidios, 620 más que en 2009 y hasta entonces la cifra más alta de la que el INEGI tenía documentada en el estado.

"Después de tantos años de vivir la misma situación la gente empezó a vivir con miedo, pero al final se acostumbró. Muchos asumieron que la vida tenía que seguir pasara lo que pasara", sostiene Ancer.

Cuando la situación de inseguridad empeoraba en Tamaulipas, él se perfilaba para convertirse en un golfista profesional. En 2011 ganó una beca de golf en la Universidad de Oklahoma, en la que estudió la licenciatura de estudios multidisciplinarios.

Se graduó en 2013, año en el que se convirtió en profesional, pero en el que también sufrió el fallecimiento de su padre. Dos temporadas después ganó su tarjeta al Web.com –el segundo tour más importante del mundo– en el que terminó en el lugar 16, con el que ascendió al de la PGA. No tuvo una buena campaña y su mejor resultado fue el lugar 18 que consiguió en el Saint Jude Classic, por lo que fue relegado nuevamente al Web.com.

La temporada 2017 fue radicalmente diferente para el tamaulipeco. Terminó sexto en la clasificación y le permitió recuperar su tarjeta en el PGA Tour para este curso, en el que ha tenido buenos resultados, como el noveno puesto en el OHL Classic at Mayakoba y el octavo que consiguió en el Houston Open.

Su meta –confiesa– es mantenerse en el circuito y para ello debe, por lo menos, ubicarse debajo del lugar 125 del ranking mundial. Actualmente se encuentra 64 puestos por encima de su objetivo.

"Recientemente una de mis hermanas regresó a Reynosa y el negocio familiar se encuentra todavía en la ciudad. Mi madre, mi otra hermana y yo tenemos miedo de qué algo suceda. Sin embargo, mantenemos la esperanza de que la situación se normalice, como en aquella época en la que iba a jugar con mi padre al Club Campestre", señala Ancer.

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