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Francia: su Mundial sin Zidane

La Selección de Francia afrontará su tercera final de Copa del Mundo, pero la primera sin la presencia de Zinedine Zidane.

COPA MUNDIAL

RUSIA 2018

La Selección de Francia afrontará su tercera final de Copa del Mundo, pero la primera sin la presencia de Zinedine Zidane.

Pese a la contrastante suerte gala de sus dos anteriores desenlaces mundialistas, en ambos, el rumbo lo marcó la cabeza brillante de Zizou.

En la primera de esas finales, el 12 de julio de 1998, en el Stade de France, Zinedine condujo a los suyos con fuerza al triunfo sobre Brasil. Dos cabezazos letales del número 10 (27', 45') encaminaron a Les bleus a la obtención de su primer campeonato del mundo. Luego, cuando el partido ya era un trámite, Emanuel Petit marcó el 3-0 definitivo, ante el desconcierto total de una escuadra brasileña que lució de principio a fin tan adormilada como su astro Ronaldo, al que se alineó tras haber sufrido un extraño ataque epiléptico.

Además de Zidane, otro de los baluartes de aquel cuadro francés era el hoy seleccionador Didier Deschamps, quien fungía como capitán y comandaba a la mejor Selección francesa de todos los tiempos, junto a figuras como Fabien Barthez, Laurent Blanc, Marcel Desailly, Bixente Lizarazu, Lilliam Thuram y Youri Djorkaeff, entre otros.

Ocho años después, mientras Zidane transitaba a los 34 años sus últimos días como futbolista, Francia volvió a disputar una final de Copa del Mundo.

El 9 de julio de 2006 en el Estadio Olímpico de Berlín, esta vez con Italia enfrente, Zidane puso en ventaja a Francia (7') con el cobro de un penalti al estilo Panenka. Marco Materazzi (19') logró empatar por la squadra azzurra; justamente ambos anotadores protagonizarían, ya en la prórroga del juego, una de las escenas más inexplicables y bizarras en la historia de los Mundiales.

Respetado hasta la idolatría por su clase, calidad y liderazgo, Zidane pondría punto final a su carrera con una indecencia monumental. El genio de la elegancia se despidió de la peor forma posible, propinando un burdo y salvaje cabezazo en el pecho a Materazzi, con quien había tenido un intercambio verbal de cuyo contenido aún hoy se especula más de lo que se sabe.

Aquel extraño acontecimiento, además, puede considerarse el debut mundialista del videoarbitraje, con la salvedad de que FIFA aún no lo tenía previsto.

El juez argentino Horacio Elizondo no había podido observar la agresión en el campo, pero terminó sacando con justicia la tarjeta roja al astro francés tras ser informado por el cuarto oficial que había visto la escena en un monitor.

Faltaban 10 minutos del segundo tiempo extra, pero ya se adivinaba que sin Zidane, Francia se sentiría huérfana. Los penaltis dieron la razón a esa creencia. David Trezeguet mandó su ejecución al travesaño e Italia se quedó con la gloria, en la noche que puso punto final indigno a la fantástica carrera de un fuera de serie.

Lo bueno es que el futbol es revancha constante y cada fin de semana hay otra oportunidad. Zidane ha sabido continuar con su legado, ahora como entrenador, y Francia con una nueva generación se prepara para una nueva final de Copa del Mundo.

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