:quality(70)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/elfinanciero/UCH3VBXMJ7SNKWK466OCT4QJ2M.jpg)
El 12 de septiembre de 1954 se inició la historia de los Pumas de la UNAM en el campeonato de la Segunda División Profesional, en un duelo efectuado en el Estadio Tecnológico de Monterrey, que concluyó con el triunfo de los Rayados por 3-1.
A partir de ese momento, las alegrías y las frustraciones se presentaron para los seguidores de este cuadro representativo de la máxima casa de estudios en su andar por el complicado circuito de ascenso.
Los esfuerzos de todos sus integrantes se vieron recompensados ocho años más tarde, cuando en la temporada 1961-62, el cuadro de la UNAM alcanzó el campeonato de la Segunda División y su pase al máximo circuito, donde se iba a consolidar como uno de los equipos más atractivos para los aficionados.
Pero el mes previo al mencionado debut fue de incertidumbre.
Un equipo representativo de la UNAM ya llevaba varios años disputando torneos estudiantiles y universitarios. Desde 1941, Rodolfo Muñoz Butch fue el encargado de dirigir a esta escuadra.
La construcción del estadio de Ciudad Universitaria y la afición por el futbol entre los estudiantes inspiró a un grupo de jugadores a solicitar el ingreso al futbol profesional en 1954.
Con este motivo, el lunes 2 de agosto se constituyó el Club Deportivo Universidad, con una mesa directiva integrada por Raúl Sámano, Max Tejeda Vega, Óscar Rueda, Conrado Gamboa y Roberto Sánchez Lima. Manuel Echávarri, Óscar Barrera y Juan Jiménez Beltrán fueron nombrados vocales.
El 13 de agosto se hizo la solicitud formal para que el equipo se integrara a la Primera División. La respuesta fue negativa, por lo que tres días después se buscó el ingreso a la Segunda. El equipo de la UNAM no fue el único que buscaba ser admitido: también lo deseaban el IPN, Tranviarios y Celaya. Se anunció que una resolución sería anunciada el 31 de agosto.
Mientras tanto, los estudiantes continuaban su preparación en las canchas de CU. El viernes 27 de agosto tuvieron un partido informal contra el Oviedo, de Tlalnepantla, y dos días más tarde enfrentaron al Morelia en su casa, en juego de preparación. Aunque los michoacanos ya contaban con amplia experiencia en el circuito, los universitarios se impusieron 2-1 (con un autogol de Rodríguez y la anotación del triunfo fue obra de Erasmo Colombo).
El resultado y el optimismo por ser aceptados tenía a todos los integrantes del plantel con el ánimo por las nubes.
Pero, sorpresivamente, el 31 de agosto solamente fue aceptado Celaya. La solicitud de Tranviarios fue rechazada pues no contaba con un campo para disputar sus encuentros. El equipo Universidad no había conseguido la firma del contrato de subarriendo del estadio de Ciudad Universitaria por parte del Patronato que lo manejaba. Por lo tanto, se extendió el plazo por cuatro días más.
Finalmente, se cubrió el requisito solicitado y el sábado 4 de agosto se anunció que los representativos de la UNAM y del IPN (que había acordado jugar como local en el estadio de CU) eran admitidos como nuevos equipos del Distrito Federal y jugarían sus encuentros los domingos, a las 16:00 horas.