Babe Ruth no lo logró. Tampoco Hank Aaron, Ted Williams y tantas otras leyendas del béisbol. La distinción de "unánime" fue para un panameño que transformó el rol de relevista y que emergió de la pobreza en un humilde pueblo de pescadores.
Mariano Rivera se convirtió en el primer jugador que llega al Salón de la Fama con un voto unánime, al ser elegido el martes junto a Roy Halladay, Edgar Martínez y Mike Mussina.
"Es un privilegio", dijo Rivera en una teleconferencia. "Todo atleta quiere conseguir algo como esto. Ser el primero, siendo latinoamericano y panameño, es un honor".
No ballots unchecked. And no words. #HOF2019 pic.twitter.com/9T8PK4Uivy
— National Baseball Hall of Fame and Museum ⚾ (@baseballhall) January 23, 2019
Rivera recibió todos los 425 votos en la elección de la Asociación de Cronistas de Béisbol de Norteamérica (BBWAA). El cuarteto será exaltado el 21 de julio, junto a Harold Baines y Lee Smith, seleccionado por un comité especial.
Con su fulminante recta cortada, el relevista fijó el récord histórico de salvamentos con 652 en 19 temporadas con los Yanquis de Nueva York, añadiendo 42 en la postemporada. Su dominio fue esencial para la dinastía de los Yanquis que conquistó cinco campeonatos de la Serie Mundial.
Rivera será el segundo pelotero panameño en el museo de Cooperstown, la villa en el norte del estado de Nueva York donde el museo dedicado a los inmortales del béisbol está instalado. El previo fue Rod Carew en 1951.
"Me siento agradecido que Dios me permitió nacer en ese lindo país", dijo Rivera. "Esto lo quiero compartir y celebrar con todos los panameños, que se lo merecen".
Ken Griffey Jr. detentó la marca del mayor porcentaje de apoyo con 99,32 por ciento cuando obtuvo 437 de los 440 votos hace dos años.
"Cuando terminé mi carrera, pensaba que tenías buenas posibilidades de llegar al Salón de la Fama", señaló Rivera. "Pero esto era algo que superaba mi imaginación".
La elección también marca un hito para el béisbol latinoamericano por ser la primera vez que dos jugadores de la región entraran al mismo tiempo.
Hijo de pescadores, Rivera captó la atención de los Yanquis cuando dejó de jugar como campocorto y optó por ser lanzador.
Firmó en 1990 con el que acabó siendo su único club, debutando en 1995. Al año siguiente ya se había establecido como uno de los mejores relevistas de las mayores. Sacó en orden 229 de sus 491 salvados de tres outs, según el Elias Sports Bureau.
Como parte de un núcleo formado por el equipo, que incluyó a Derek Jeter, Andy Pettitte y Jorge Posada, los Yanquis se proclamaron campeones cuatro veces, primero con el tricampeonato entre 1996-2000 y luego en 2009.
"Mariano es un pitcher singular, que solo se ve una vez, y el mejor cerrador de todos los tiempos", destacó Posada. "Un Salón de la Fama como compañero. Y un Salón de la Fama como persona", acotó Jeter.
Los Yanquis ni siquiera tuvieron que esperar hasta su último juego para retirar el número 42 que lució. Resultó ser el último pelotero en las mayores en tener ese número, que fue retirado en 1997 en honor a Jackie Robinson.
"Ser el último 42 elegido al Salón de la Fama y, unánime, es increíble", dijo Rivera.
Con Rivera y Smith, la cuenta de relevistas en el Salón de la Fama subirá a ocho, uniéndose a Hoyt Wilhelm (1985), Rollie Fingers (1992), Dennis Eckersley (2004), Bruce Sutter (2006), Rich Gossage (2008) y Trevor Hoffman (2018).