Deportes

¿Quién es Nick Kyrgios, el 'bad boy' que echó a Nadal de Acapulco?

El australiano de 23 años es el campeón del Abierto de Tenis de Acapulco, pero su hazaña fue haber echado en cuartos al gran favorito: Rafa Nadal.

Ganó el villano de la película. Vaya ironías las que ofrece el deporte: el hombre que llegó a Acapulco entre abucheos resultó campeón. Se llama Nick Kyrgios, tiene 23 años y cada día que pasa se reafirma como el bad boy del tenis, ese deporte que nunca ha visto con buenos ojos la falta de modales.

El australiano derrotó al alemán Alexander Zverev (3° ATP) en dos sets (6-3 y 6-4) y se llevó por primera vez el título del Abierto Mexicano de Tenis. Eso sí, a su manera, con esa actitud burlona por saberse la piedra en el zapato de los grandes tenistas (también ha vencido a Djokovic y a Federer). Porque sí, Kyrgios es el campeón de Acapulco, pero su hazaña —esa que no se puede medir en títulos ni dinero— fue haber echado en cuartos al gran favorito: Rafa Nadal.

Y es que ese fue justamente el meollo del asunto: el español era el menú fuerte del torneo y Kyrgios era el postre. Pero al final todo resultó al revés. La juventud venció a la experiencia y quedó demostrado, una vez más, que el relevo generacional de este deporte es una realidad.

En Acapulco, Nadal era el superhéroe de la trama. De su lado tenía no solo al público mexicano —que se encariña rápido con quien habla su mismo idioma—, sino también a la gigantesca máquina publicitaria que lo anunció hasta en la sopa. De poco sirvió, sin embargo, el sentimentalismo hispanoamericano frente a ese chico de Canberra que despachó, también, a los experimentados Stan Wawrinka y John Isner.

"¿Cómo sentiste el cariño de la gente de México?", le preguntaron cuando recibió su trofeo. Kyrgios sólo sonrió y con eso lo dijo todo: el chico incómodo, el imprudente al que nunca nadie quiere invitar a sus fiestas, estaba celebrando.

En ese momento, quien se cubría de gloria era el hombre al que —así lo ha dicho abiertamente— no le interesa estar entre los mejores del mundo. El muchacho que se deja ganar cuando ya no le da la gana jugar y que ha recibido sanciones económicas y suspensiones de hasta ocho meses por insultar jueces, armar teatritos y mofarse de sus contrincantes.

Kyrgios es el joven de los desplantes y las burlas y Acapulco no fue la excepción. La noche en la que eliminó a Nadal retó a la gente todo el tiempo. "¿Dónde están los fans de Nadal?", gritó mientras se llevaba las manos a los oídos. "No los escucho", insistió. El de Mallorca, actual número 2 del ranking de la ATP, respondió en conferencia de prensa después de haber sido derrotado: "Creo que es un buen chico, pero le falta un poco de respeto hacia el público, hacia el rival y hacia sí mismo". Nadal se siente seguro en México. No en vano eligió Cancún para abrir su primer Rafa Nadal Tennis Centre fuera de España.

Incluso en la final, Zverev era el favorito. Con sólo 21 años, el alemán actualmente es el tercer mejor tenista del mundo y México supo acogerlo rápidamente como el consentido después de Nadal. Pero Kyrgios nuevamente se encargó de reescribir el guion y poner en duda la estadística deportiva. Poco más de una hora le fue suficiente para echar a Zverev, quien nunca entendió la desconcertante forma en la que el australiano jugó al tenis.

¡Cuidado con Kyrgios!

Kyrgios está lejos de estar en el Top Ten. Actualmente ocupa el lugar número 72 del ranking y nunca ha llegado más allá de cuartos de final en un torneo de Grand Slam. Y no es algo que le interese. En 2017 dijo: "no me he implicado lo suficiente con este deporte. Hay tenistas ahí afuera que están más entregados, que quieren mejorar, que se esfuerzan por mejorar todos los días. Yo no soy de ese tipo. Juego al basquetbol y como helados todos los días".

No son pocos los escándalos que han rodeado la figura del australiano. En julio de 2017, el Dialy Mail reportó que Kyrgios asistió a centros nocturnos con strippers horas antes del torneo de Wimbledon, del cual, por cierto, se retiró, argumentando que tenía una lesión en la cadera. En junio pasado fue multado por la ATP con 15 mil euros por haber simulado una masturbación con su botella de agua en el torneo de Queens. Se ha hecho el dormido cuando juega contra Andy Murray y en 2016 fue suspendido por ocho meses y multado con 25 mil dólares por haberse dejado ganar ante Mischa Zverev en el Masters de Shanghai.

Con todo y pese a todo, Nick Kyrgios es un fenómeno. Uno de esos jugadores que no se dan en maceta, pero que tampoco son asimilados del todo por el establishment deportivo que cuida el fondo sin descuidar las formas. El nuevo rey de Acapulco ahora es él y ha amenazado con regresar el próximo año para defender su corona.

También lee: