COPA MUNDIAL
La victoria de Francia en la final del Mundial de futbol ante Croacia le dio al país un necesario impulso moral tras una década de mal ánimo, marcada por ataques terroristas y una economía débil, pero mientras el buen momento genera un espíritu de unidad nacional, no se espera que eso se traduzca en un beneficio económico concreto, advirtieron especialistas.
"Claramente la victoria impactará la cohesión social en Francia: une a la gente, crea un sentido de comunidad", dijo Nathalie Henaff, investigadora del departamento de Estudios de Economía Deportiva de la Universidad de Limoges.
"Los franceses consumirán de otra forma, pasarán más tiempo fuera para celebrar, su comportamiento cambiará durante algún tiempo, así que veremos algún impacto en el consumo. Para la economía será marginal", aclaró.
Durante la noche del domingo, hinchas exaltados gritaban mientras ondeaban banderas azul, blanco y rojo, tocaban las bocinas y celebraban en las calles, después de que el combinado francés se coronase campeón mundial por segunda vez en su historia.
En la emblemática avenida Campos Elíseos, la policía usó gas lacrimógeno para dispersar a un grupo de hombre jóvenes, quienes asaltaron el conocido edificio "Drugstore", reportó la Agence France-Presse.
La gente se besaba, se abrazaba y aplaudía entonando La Marsellesa, el himno nacional francés, en el metro de París, en la ribera del río Ródano, en los cafés y por todas partes.
Los aficionados también entonaron I Will Survive, la canción de la victoria en 1998, cuando Francia ganó por primera vez el título del deporte más popular del mundo.
Emmanuel Macron, presidente de Francia, lanzó sus brazos al aire cuando se declaró la victoria, y más tarde besó a Kylian Mbappé en la cabeza para felicitar al mejor jugador joven del torneo, después de la victoria de 4-2 sobre Croacia, en Moscú.
Parado en el podio bajo la lluvia junto a los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y Croacia, Kolinda Grabar Kitarovic, Macron abrazó al entrenador de Francia, Didier Deschamps, y besó el trofeo dorado antes que se lo entregaran a los jugadores, cantando We are the Champions.
Les Blues, como se le dice a la Selección francesa por el color de sus camisetas, llegarán a casa desde Rusia este lunes con el trofeo de 6 kilos de oro sólido.
Se espera que millones de personas salgan a saludar al equipo, con sus estrellas Mbappé, Paul Pogba y Antoine Griezmann, mientras desfila por los Campos Elíseos por la tarde.
Una gran victoria con un efecto moderado
Considerando la gran celebración, el impacto de la victoria en la segunda mayor economía de la eurozona será más bien leve. Ludovic Subran, de Eurler Hermes, afirmó que la victoria podría añadir 0.1 puntos porcentuales al Producto Interno Bruto (PIB) de Francia.
La economía se podría expandir 1.9 por ciento en lugar de 1.8 por ciento, según la proyección del economista basado en París. El triunfo también podría impulsar el consumo en 0.2 puntos a 1.3 por ciento, afirmó.
La victoria es una buena noticia para Macron y se enmarca en su narrativa de 'Francia está de vuelta', que ha promocionado dentro y fuera del país. Sin embargo, no obtendría el impulso que consiguió el presidente Jacques Chirac, tras el campeonato de 1998.
Macron está en una "situación frágil", indicó el diario Les Echos en un editorial del 12 de julio.
La popularidad del presidente ha caído a un promedio del 33 por ciento, 13 puntos porcentuales por debajo de lo registrado a inicios de este año, y muy cerca del mínimo histórico marcado por su antecesor en el cargo, el socialista François Hollande.