Una miembro de la junta de gobierno del Banco de México dijo que no hay espacio para más recortes de tasas de interés, y que el banco podría eventualmente tener que comenzar a retirar el estímulo si las presiones inflacionarias siguen siendo elevadas.
Cuando se le preguntó en una entrevista con Bloomberg News si creía que una mayor expansión monetaria estaba descartada, la subgobernadora del banco central, Irene Espinosa, respondió: “Sí, creo que sí, definitivamente [en] el contexto”.
La junta de gobierno del banco, integrada por cinco miembros, votó la semana pasada por unanimidad mantener su tasa de interés clave en un mínimo de cinco años del cuatro por ciento, después de que la inflación se acelerara a más del doble del objetivo del tres por ciento. Espinosa dijo que el fin de los recortes de tasas era “una buena noticia”, ya que significa que el banco espera una recuperación económica.
“Sin duda tenemos que prepararnos para un proceso de recuperación global y local, y eso implica un cambio en la visión de la política monetaria”, dijo.
Economistas encuestados por Citi esperan que México suba las tasas de interés en febrero del próximo año.
En ocasiones, el banco central ha esperado que la Reserva Federal de Estados Unidos actúe antes de realizar cambios importantes en su política. Espinosa dijo que esta vez es posible que la junta tenga que elevar las tasas antes que su contraparte estadounidense, la cual, según operadores, comenzaría a aumentar las tasas a finas de 2022.
“La inflación en México ha estado por encima de la meta, y eso nos pone en una situación muy diferente para la conducción de la política monetaria de lo que está en EE.UU.”, dijo.
Los operadores están comenzando a descontar una aceleración de la inflación en Estados Unidos, lo que afecta al resto del mundo, especialmente a México, señaló Espinosa.
Espinosa se desempeñó durante casi una década como tesorera en la Secretaría de Hacienda antes de convertirse en la primera mujer miembro de la junta de Banxico en 2018. Anteriormente trabajó en el Banco Interamericano de Desarrollo en Washington.
Desde mediados de 2019, el banco ha recortado las tasas desde el 8.25 por ciento, en el que ha sido su mayor ciclo de relajación. Todavía no ha reaccionado al reciente aumento de la inflación, argumentando que es probable que gran parte de la aceleración sea temporal.