El Gobierno de México compró reservas internacionales por un valor de 7 mil millones de dólares la semana pasada, dijo este martes el Banco de México, reduciendo las reservas a 198 mil 500 millones de dólares.
Luego de esta transacción, el saldo de las reservas internacionales del banco central bajó a 198 mil 538 millones de dólares, al 10 de septiembre, y reportó en la semana una caída de 7 mil 21 millones de dólares, la más pronunciada desde octubre de 2008, cuando disminuyó en 8 mil 995 millones, ante la venta de 8 mil 900 millones de dólares.
México recibió 12 mil millones de dólares el mes pasado del Fondo Monetario Internacional como parte de los Derechos Especiales de Giro recientemente emitidos, con lo cual las reservas internacionales alcanzaron un máximo histórico de 205 mil 559 millones de dólares.
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha mostrado su interés por incorporar los recursos provenientes del FMI para el pago de la deuda, por lo que había realizado la petición formal a Banxico para la obtención de los recursos, a lo que el gobernador del banco central, Alejandro Díaz de León, indicó que debían de ser comprados directamente de las reservas internacionales.
Banxico, como se conoce al banco central de la nación, aclaró que México solo puede usar esos fondos si los compra a la autoridad monetaria.
Factible recompra de deuda
Al respecto, analistas aseveraron que es previsible que estos recursos sean destinados al pago de deuda del Gobierno Federal o de Pemex.
“Lo más probable es que eventualmente esto lleve a una recompra de deuda de Pemex o del Gobierno Federal en los mercados internacionales”, indicó Alonso Cervera, economista en jefe para América Latina de Credit Suisse, y agregó que seguramente los recursos para la compra de los 7 mil millones de dólares salieron de la Tesorería.
Ernesto O’Farrill, presidente de Grupo Bursamétrica, coincidió en que este monto puede ser destinado a reducir la deuda de la empresa productiva del Estado, lo cual beneficiará al soberano, pues varias agencias calificadoras ligan estrechamente la nota de Pemex con la de México.
“Han dicho que será para pagar la deuda de Pemex, y me parece de lo más sensato, porque es la deuda que tiene un grado especulativo, por lo que tiene sentido prepagar la deuda de Pemex, que debe cerca 115 mil millones de dólares, e incluso podría ayudar a la calificación de la petrolera, que aún sigue en grado basura, pero hará que sea menos probable una rebaja del soberano”, enfatizó.
Aseveró que es probable que el gobierno realice posteriormente otra operación con Banxico por los 4 mil millones de dólares restantes, de los 12 mil millones provenientes del FMI que fueron incorporados a las reservas, y calificó de acertado el accionar de la Secretaría de Hacienda.
Consideró que pese a la reducción en las reservas internacionales tras la operación, la autoridad monetaria seguirá ‘blindada’, pues tiene un saldo alto en esos recursos, lo que le permite mitigar los choques financieros que se puedan suscitar.
Gabriela Siller, directora de análisis de Banco Base, también consideró que los recursos podrían ser destinados al pago de la deuda de la petrolera.
“Es posible que la compra de dólares que hizo el gobierno al Banco de México tenga un objetivo político, más que un objetivo económico. Debido a, primero, la fecha; dos semanas después de que Banxico recibió los DEG. Segundo, el monto, que coincide con lo presupuestado para el costo financiero de Pemex, y tercero, el discurso, pues se había dicho que se prepagaría deuda”, aseveró.
Contrasta opinión
Amín Vera, director de análisis económico de BW Capital, opinó que los recursos serán destinados a Pemex, pero esta operación resultará inviable.
“En el agregado, la operación implica un gasto gigantesco para tratar de apuntalar una empresa a todas luces inviable, como es Pemex, con base en un capricho personal del presidente López Obrador; y con cargo a los recursos con los que México cuenta para enfrentar una eventual crisis financiera”, aseveró.
Con información de Guillermo Castañares.