La tecnología de reconocimiento facial gana cada vez más terreno en el mercado mexicano.
Diego Creel, director general en México de la empresa de biometría facial Incode, proyecta un futuro brillante para este tipo de tecnología en el mercado latinoamericano, sobre todo en el sector financiero.
“Lo que estamos viendo, específicamente en el sector bancario, es que se han volcado hacia esta tecnología porque tiene beneficios muy importantes, no solo para el usuario final, sino para la institución”, dijo.
La tecnología de reconocimiento facial es utilizada como un candado de ciberseguridad. Al igual que una contraseña o una huella digital, identifica al usuario de un aparato o servicio, bloqueando intentos de robo de identidad.
El uso de biométricos es un tema controversial, sobre todo por su relación con la recopilación y protección de datos personales. Sin embargo, Incode anticipa que la biometría facial se vuelva más común debido a sus capacidades para la reducción tanto de fraude como de trámites y costos.
Los bancos y aplicaciones móviles no son las únicas que están utilizando la tecnología de Incode. La empresa ha vendido sus servicios a hoteles, hospitales y hasta a la Cámara de Diputados.
“En nuestro caso, tenemos incrementos de cerca de cinco veces el tema de ventas contra el año pasado, y tenemos un mercado enorme que se sigue volcando más hacia la tecnología”, indicó Creel.
México es el segundo país de América Latina con la mayor cantidad de intentos de fraude cibernético, con casi 300 por minuto en lo que va de 2021, de acuerdo con un análisis realizado por Kaskpersky. En 2020, este delito generó pérdidas por 16 mil millones de pesos (mdp).
La amenaza es de una magnitud tal que las empresas invierten casi una quinta parte de sus ingresos anuales en ciberseguridad. Antes, la cifra no pasaba del cinco por ciento.
Se anticipa que el mercado de la verificación de identidad supere los 17 mil millones de dólares para 2026, según Google.