El crecimiento de la economía mexicana será a tasas de 2 por ciento de aquí al 2024, afectada por la desaceleración de la economía mundial y con los desafíos comunes para la región de las presiones inflacionarias a partir del conflicto en Ucrania, señaló la Oficina del Economista en Jefe para América Latina del Banco Mundial en un informe.
Las expectativas sobre el PIB de México sufrieron ajustes a la baja comparado con lo previsto en el informe semestral de octubre pasado. Para 2022 se recortaron a 2.1 por ciento (desde 3 por ciento); para el 2023 bajó a 2.1 por ciento, 10 puntos base menos de lo previsto y el pronóstico para el 2024 es de 2 por ciento.
El ajuste de expectativas sobre México junto con Brasil, por ser las economías de mayor tamaño, desembocó en la reducción de los pronósticos para la región de América Latina a 2.3 por ciento en 2022, desde un 2.7 por ciento previsto en el informe de seis meses atrás.
Inflación y transición energética, desafíos para la región
Hay dos eventos que impactan a las economías de América Latina: la crisis en Ucrania que hizo que se redujera el crecimiento previsto por el contexto de precios más altos de materias primas, y el segundo evento es la transición energética a la economía verde que está cobrando más importancia, dijo William Maloney, economista jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe.
“Estamos ahora enfrentando un grave problema de inflación que está entre 6 y 7 por ciento en la región y muy por encima de lo enfrentado en la última década y por afuera del rango de las autoridades, esto provoca un dilema en términos de aumento de tasas de interés y controlar la inflación o reducir la tasa de crecimiento”, expuso.
El aumento en el precio de alimentos y combustibles pone presión en los presupuestos de los hogares de todo el mundo, no solo de América Latina y hay que encontrar la forma de controlar esa inflación.
“La inflación es una enfermedad que hay que curar rápidamente antes de que resulte en una más profunda”, alertó y subrayó que han surgido subsidios al precio del combustible a lo largo de toda la región de América Latina.
“En el largo plazo pone mucha presión sobre presupuestos ya apretados. Tenemos que tener un balance entre lo que se quiere a largo plazo o el corto plazo con subsidios a los energéticos, es un sacrificio”, advirtió.
La transición energética es el segundo desafío para los países de América Latina, una vez que el mundo se está volviendo más verde.
“Hay más preocupación en todas partes del mundo por los impactos del cambio climático y la necesidad de tomar medidas para enfrentarlo. Esto nos da desafíos y oportunidades para la región”, agregó el economista en jefe para América Latina del Banco Mundial.
Una vez que México y Brasil, que son las más grandes economías, no tienen un compromiso fuerte con ese objetivo, el reto aumenta señaló Micheal Shifter, presidente del Diálogo Interamericano.
“Brasil y México no tienen grandes compromisos con la economía verde y la transición energética, hace falta mucho más esfuerzo para impulsar esta transición y eso podría cambiar a nivel que haya cambios a nivel nacional en ciertos países”, expuso.
México ‘desperdicia’ casi 5% de su PIB
4.7 por ciento se malgasta en deficiencias en el gasto público, según identificó el informe semestral sobre expectativas de la Oficina del Economista en Jefe para América Latina del Banco Mundial.
“Dado el descontento social generalizado y la falta de confianza en la gestión pública, los gobiernos deberían priorizar un gasto más eficiente. La magnitud del malgasto público en la región ofrece un modo natural de realizar ajustes fiscales de forma racional y socialmente amigable. Alrededor del 4.4 por ciento del PIB se pierde a través de deficiencias en las contrataciones públicas, políticas de recursos humanos ineficientes y transferencias mal diseñadas”, detalla el documento.
En el caso de México ese porcentaje es del 4.7 por ciento, principalmente por fugas en contratos públicos inflados.