Agustín Carstens convocó a finales de este mes a una reunión que tendrá al cambio climático como protagonista, pero, ¿por qué esta cumbre de banqueros lleva el nombre de un cisne?
La Green Swan 2022 (una conferencia de dos días que inicia el 31 de mayo) debe su nombre a Nassim Nicholas Taleb, autor del libro El cisne negro: el impacto de lo altamente improbable, que se refiere a un hecho con tres características únicas: es extremadamente raro; tiene un impacto desproporcionado, e intenta ser explicado, pero solo después de ocurrido (la pandemia de COVID es un buen ejemplo de ello).
En el caso del evento del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés), el verde tiene que ver con el cambio climático. De hecho, el foro seguirá los temas de establecimiento y operaciones de la política monetaria en el contexto del cambio climático, y el papel de las finanzas en la transición climática.
¿Qué tan dedicado al cambio climático estará este evento? Solo basta leer las mesas de discusión:
- ¿Qué pueden hacer los sectores público y privado para convertir el marco financiero de transición en acciones?
- ¿Cómo adaptar las operaciones del banco central a un mundo más caliente?
- Planes de transición y su financiación
- Financiación de la innovación y la inversión verdes
Jonathan Ruiz Torre, columnista de El Financiero, mencionó en su columna el daño que el cambio climático ya provoca por todo el mundo.
“Recuerden los bosques quemados en California, los ductos congelados en Texas, los pueblos alemanes devastados por lluvias o el arribo de toneladas de sargazo a playas otrora blancas en las costas de Quintana Roo. Todo en menos de 24 meses”, comentó.
El periodista señaló también otro punto importante sobre el tema: los activos.
“En el encuentro de 2021, una de las mujeres más respetadas en el mundo de los bancos, Christine Lagarde, del Banco Central Europeo, lanzó una alerta: los activos de los bancos se deterioran, pierden valor y eso representa un riesgo sistémico para los grupos financieros”, citó.