La calificadora Fitch Ratings reafirmó este martes la calificación soberana de México en BBB- con perspectiva estable.
La agencia detalló que esta ratificación es atribuida a un marco de política macroeconómica prudente, finanzas externas estables, así como a un nivel de deuda pública estable -en niveles por debajo de la mediana de naciones calificadas en BBB-.
Por el contrario, detalló que la calificación está restringida por una débil gobernanza, un desempeño de crecimiento a largo plazo moderado, una intervención política continua que afecta las perspectivas de inversión y los posibles pasivos contingentes de Pemex.
Fitch espera que el crecimiento del PIB real de nuestro país se desacelere a dos por ciento en 2022 y se mantenga en este nivel en 2023.
“Como resultado, el nivel de PIB real de México no alcanzará los niveles previos a la pandemia hasta 2023, quedando rezagado tanto en la calificación como en la región”, detalló la agencia.
Fitch añadió que los riesgos se inclinan a la baja debido a las continuas interrupciones externas en los precios y las cadenas de suministro por la guerra entre Rusia y Ucrania, así como los nuevos confinamientos en China por rebrotes de COVID-19.
Liquidez corporativa garantizada en México, según Moody’s
Los países latinoamericanos se enfrentan de forma muy distinta a los riesgos de liquidez corporativa en el año por venir, con riesgos más bajos para tres de las grandes economías del continente —México, Brasil y Chile—, moderados para las empresas peruanas y moderados-altos para las argentinas, según el informe emitido este martes por la agencia de notación Moody’s.
La agencia considera que, en general, los exportadores se están beneficiando de los altos precios de las materias primas, precios que también están beneficiando a las compañías comerciales no ligadas a ellas, gracias al incremento de actividad.
La región sufre en este momento una baja tasa de crecimiento y un aumento de costos, pero son los altos precios de las materias primas observados a nivel mundial los que están ayudando a mitigar estos dos fenómenos, según Erick Rodrigues, vicepresidente de Moody’s.
En el caso de Brasil, la compañía anticipa que las compañías van a contar con efectivo disponible para pagar sus obligaciones al menos hasta fines de 2023, pero ello no impide que la inflación suba hasta 9.4 por ciento para fines de 2022, según sus previsiones y que el crecimiento este año se considere marginal (0.1 por ciento del PIB).
En México, las compañías calificadas tendrán suficiente efectivo disponible, flujo de efectivo libre y líneas de crédito comprometidas hasta 2023 para cubrir su deuda de corto plazo y sus vencimientos de deuda de largo plazo, gastos operativos y gastos de capital regulares.
Mientras que en Chile, la situación ha mejorado en la pospandemia y han aumentado los esfuerzos de gestión de pasivos por parte de los emisores corporativos: el índice total de efectivo/deuda de corto plazo de las compañías chilenas mejoró a 2.7 a fines de 2021, en comparación con 2.0x del año anterior.
La situación es más incierta en Argentina y en Perú: en el primer caso, por los desequilibrios macroeconómicos, que complican el escenario para las empresas; en el segundo, por las turbulencias políticas, que lastran los fuertes beneficios aportados por las materias primas.
Con información de EFE.