La amenaza de una grave crisis alimentaria sigue siendo muy alta ante la escalada en los precios de los alimentos que sostendrán la tendencia alcista de la inflación por más tiempo, alertó la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), al duplicar su estimado de inflación a casi 9 por ciento para 2022, desde 4.4 por ciento previsto seis meses atrás.
La OCDE también recortó sus estimados para el PIB mundial a 3.0 por ciento en 2022, desde el 4.5 por ciento proyectado en diciembre.
“La alta inflación está erosionando los ingresos y el gasto de los hogares, afectando con especial dureza a los más vulnerables. La amenaza de sufrir una grave crisis alimentaria sigue siendo muy seria para las economías más pobres del mundo, debido al elevado riesgo de escasez de suministros y a los altos costos”, advirtió el organismo en sus Perspectivas Económicas de la OCDE de junio.
La previsión de inflación para 2022 ahora se sitúa prácticamente en el 9 por ciento comparado con 4.4 por ciento proyectado en diciembre pasado, esto para los países de la OCDE, lo que está erosionando los ingresos reales disponibles de los hogares y su nivel de vida, con la consiguiente contracción del consumo.
“El clima de incertidumbre está desalentando la inversión de las empresas y amenaza con retraer la oferta en los próximos años”, advirtió el organismo.
Nuevas subidas de los precios de los alimentos y la energía y la persistencia de cuellos de botella en las cadenas de suministro son factores clave que harán que la inflación de los precios al consumo alcance niveles máximos y se mantenga elevada durante más tiempo de lo previsto.
Sin embargo, el desarrollo de la inflación difiere entre los países. Turquía y Argentina ostentan las proyecciones de inflación más elevadas, de 72 y 60.1 por ciento, respectivamente.
La OCDE duplicó el estimado de inflación para el Reino Unido a 8.8 por ciento en 2022, para España aumentó la proyección a 8.1 por ciento desde 3.2 por ciento prevista en diciembre y para Alemania la aumentó a 7.2 desde 2.8 por ciento seis meses atrás.
En el caso de México, la proyección de inflación subió a 6.9 por ciento comparado con el 4.4 por ciento previsto en su reporte de diciembre pasado y para Estados Unidos la aumentó a 5.9 desde 4.4 por ciento.
Impacta la guerra
Jacobo Rodríguez, director de análisis económico y bursátil de BW Capital, indicó que el fuerte desabasto alimentario que podría acrecentarse, de acuerdo con las perspectivas de la OCDE, obedece principalmente al conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.
“Por un lado, ambos países son productores importantes de granos y el conflicto actual provoca que se elimine de tajo la proveeduría; por otro lado, el aumento de los precios en diversos commodities encarece la distribución y la producción de los productos alimenticios, impactando principalmente a las naciones pobres, entre ellas, de América Latina en donde muchos países son deficitarios en alimentos”, dijo.
Añadió que los gobiernos deberían tomar medidas y trabajar de manera coordinada para que la situación actual no se convierta en una crisis humanitaria. “Desafortunadamente las expectativas del crecimiento económico global son débiles y la polarización de posturas políticas provoca que sea difícil encontrar soluciones óptimas a los problemas sociales”, aseveró.
Alain Jaimes, analista económico de Signum Research, agregó que los cuellos de botella, las ineficiencias logísticas y de transporte derivados de la pandemia, así como las tensiones geopolíticas recientes, han fomentado la contracción de la oferta mundial, provocando escasez y por lo tanto altos precios.
“El fenómeno de la inflación es un problema que afecta a toda la población, sin embargo, impacta de manera más severa a los hogares más vulnerables por nivel de ingreso, es ahí donde yace su importancia para el bienestar económico y donde deben trascender no solo las decisiones de los órganos monetarios, sino también de las políticas públicas instrumentadas”, destacó.
Explicó que los gobiernos, como el mexicano, podrían ayudar a aminorar la probabilidad de materializar un escenario de crisis alimentaria toda vez que generen políticas que incentiven la inversión privada y se reduzca la incertidumbre en sectores clave, como el energético.
México, alerta
En el caso de México, la OCDE elevó su pronóstico de inflación a 6.9 por ciento, contra el 4.4 por ciento previsto en diciembre pasado, y para Estados Unidos la aumentó a 5.9 desde 4.4 por ciento.
Ante este panorama, Kathryn Rooney Vera, directora de investigación macroeconómica global de Bulltick, anticipó que “estamos llegando a lo máximo de la inflación y hay que tener en cuenta que esto no solo tiene que ver con el precio del petróleo, sino también con los problemas en las cadenas de suministro a nivel global”.
En este sentido, “Banxico ha hecho la tarea, diferente a los Estados Unidos donde la Fed comenzó a subir tasas mucho más allá de cuando debería haber arrancado dichos aumentos en tasas, Banxico sí lo hizo”, dijo en entrevista con El Financiero-Bloomberg.
Por su parte, José Luis de la Cruz, presidente de la Comisión de Estudios Económicos de la Concamin, recordó que el estimado de inflación de la OCDE para México “en términos generales coincide con la trayectoria inflacionaria que todavía habrá presiones durante este año y que irán disminuyendo hacia el primer semestre del 2023, aunque será hasta el 2024 cuando la inflación podría volver al umbral del objetivo de Banco de México de entre 3 y 4 por ciento”.