A pesar de que las tensiones entre el gobierno mexicano y empresas estadounidenses del sector energético no son nuevas, el gobierno del vecino país está listo para intensificar las quejas y poner sobre la mesa una solicitud de controversias que podría poner estrés en las relaciones entre ambos naciones.
Bloomberg reportó que la oficina de la Representante de Comercio de Estados Unidos, Katherine Tai, ha estado trabajando en las últimas semanas en una solicitud de consultas formales en virtud del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y discutiendo con otras agencias, según fuentes cercanas al asunto que pidieron no ser identificadas.
Al respecto, Kenneth Smith Ramos, negociador técnico jefe de México para el T-MEC en 2018, advirtió que si Estados Unidos gana este caso y México se niega a corregir la postura que tiene sobre la industria energética, el gobierno estadounidense podría diseñar estratégicamente tarifas de represalia para maximizar la presión política y económica, lo cual, sin duda, afectaría a la economía del país.
Desde su punto de vista, esto representaría una afectación de miles de millones de dólares en bienes que podrían verse involucrados, pues Estados Unidos podría apuntar a productos sensibles como aguacates, azúcar o productos manufacturados específicos.
“Esto podría ser extremadamente perjudicial para las exportaciones mexicanas. Involucrarse con los Estados Unidos en una disputa comercial importante definitivamente sería negativo para la economía mexicana”, aseguró el también socio de la firma AGON.
Según las reglas del T-MEC, dicha solicitud le daría a México hasta 30 días para aceptar programar consultas. Si después de 75 días no se llega a un acuerdo, Estados Unidos podría solicitar que un panel formal escuche los argumentos de las dos naciones.
Advierten represalias
Si bien ese proceso se enfoca en lograr que México acepte acciones correctivas, los conflictos prolongados en última instancia pueden llevar a que Estados Unidos imponga aranceles punitivos a las importaciones de México en el pacto comercial.
Juan Carlos Baker, exsubsecretario de Comercio Exterior, coincidió con Smith sobre que si México entra en un panel de solución de controversias bajo el T-MEC y lo pierde, y además no cambia su postura respecto al sector energético, el país se arriesga a que Estados Unidos ejerza represalias en forma de incrementos de aranceles a las exportaciones mexicanas.
“Si esta fuera la situación se estarían afectado a productos en los que somos exitosos, como automóviles, autopartes, cerveza, tequila, tomates, en fin cualquier producto que tenga una participación sustantiva de mercado en las importaciones estadounidenses”, advirtió.
Tras las repetidas quejas de decenas de legisladores estadounidenses, en marzo Katherine Tai envió una carta a la secretaria de Economía, Tatiana Clouthier, expresando las preocupaciones de Estados Unidos de que se violen las obligaciones fundamentales del T-MEC.
En aquella misiva, Tai indicó que las empresas de energía estadounidenses continuaban enfrentándose a un trato arbitrario en México, con más de 10 mil millones de dólares en inversión de Estados Unidos puesta en riesgo, gran parte en energía renovable.
Recomiendan cautela
Fernando Ruiz Huarte, director del Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología (Comce), señaló que hasta el momento no se han registrado afectaciones al comercio exterior por las disputas con el sector energético, sin embargo, habrá que esperar.
“Esta afectación no se espera en el corto plazo porque se tendría que seguir un proceso por el cual las empresas americanas demanden a su gobierno su intervención, y habría que demostrar esto en el panel, y como consecuencia del resultado de este panel los Estados Unidos podrían tomar decisiones al respecto”, afirmó Ruiz Huarte.
Si la solicitud de controversias se ejecuta, el proceso llevará tiempo, pues de acuerdo con el capítulo 31 del T-MEC esta disputa podría durar un año o más, según Baker.