La institución financiera UBS consideró que es muy probable que las diferencias de México con Estados Unidos y Canadá en el sector energético no se puedan resolver en una fase de consultas, por lo que su escenario base es que los socios norteamericanos de México convoquen un panel de solución de controversias, lo que se convertirá en la primera prueba de fuego del tratado comercial (T-MEC) entre los tres países desde que entró en vigor hace dos años.
El análisis firmado por Gabriela Soni, directora de estrategia de inversiones en UBS México, y Alejo Czerwonko, director de inversiones para mercados emergentes de América en UBS, señaló que el debate girará en torno a si las empresas estadounidenses y canadienses se han visto perjudicadas por las políticas energéticas de México o si han recibido un trato justo y equitativo.
“En caso de que los miembros de la comisión especial estimen que las medidas de México son incompatibles con el T-MEC, y siempre que las partes no resuelvan la controversia en el plazo de 45 días, Estados Unidos y Canadá podrían suspender ciertos beneficios del tratado para México”, apuntaron.
Repercusiones irían más allá del sector energético
La principal afectación para el país, en caso de perder el panel de solución de controversias, sería la imposición de aranceles a modo de represalia, sin embargo, no sería la única afectación.
“Para México, las repercusiones irían más allá del sector energético y podrían afectar a una amplia variedad de productos mexicanos, entre ellos las exportaciones agrícolas y de automóviles. Asimismo, las políticas energéticas de México podrían contravenir otros tratados internacionales como el TIPAT, lo que conllevaría el riesgo de que otros países también presenten reclamaciones”, señaló el reporte de UBS.
Sin embargo, el estudio de la institución financiera consideró que el mayor costo potencial para México provendría en las oportunidades de inversión perdidas.
Detallaron que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) calcula que la reubicación de las cadenas de suministro podría aumentar el valor de las exportaciones anuales mexicanas en 35 mil 300 millones de dólares.
“No obstante, la disputa comercial podría empañar la valoración que puedan hacer los inversores sobre México como destino para acercar la producción, y una cantidad insuficiente de inversiones en el sector energético podría entrañar problemas para la disponibilidad de la energía en los próximos años”, subrayaron.
Controversia energética se resolverá hasta 2023
Por otra parte, José Manuel Vargas Menchaca, quien fungiera como coordinador del sector privado en el capítulo de solución de controversias durante las negociaciones del T-MEC, visualizó que en caso de que se creará un panel para analizar la reclamación en materia de energía en contra de México, es posible que el resultado se conozca a más tardar en el primer trimestre de 2023.
“Lo cual colocará a México en una nueva condición para negociar su acatamiento y en todo caso para que su cumplimiento se realice antes de que concluya el sexenio del presidente López Obrador”, dijo.
Explicó que la solicitud de consultas presentada por Estados Unidos, y después por Canadá, identifica cuatro medidas que en su opinión son violatorias de diversas disposiciones del T-MEC, entre ellas, los artículos 2.3, 2.11, 14.4 y 29.3, donde se resalta la falta de respeto al principio de trato nacional con respecto a las mercancías, las inversiones y los inversionistas, así como un cambio en las políticas y reglas que afectan la venta, la compra, el transporte, la distribución y, uso de gas natural y diésel automotriz en perjuicio de las empresas estadounidenses y canadienses.