Las condiciones inestables en las que se encuentra el mundo han dificultado la previsión del alcance de la inflación así como de las tasas de interés que serán determinadas por los bancos centrales.
En el caso de Estados Unidos, si bien no se puede asegurar hasta dónde llegará la inflación, se prevé que siga escalando según explicó este jueves el vicepresidente y director Editorial de El Financiero, Enrique Quintana.
“La certeza que tenemos es que todavía tienen un camino largo por recorrer, es decir, va a seguir subiendo el costo del dinero en los Estados Unidos, habrá presiones alcistas”, apuntó durante el foro EF MeetPoint: Perspectivas de la economía mexicana ¿qué nos espera para el 2023?
De acuerdo con el experto se estima que estas presiones impulsen decisiones más restrictivas por parte de la Reserva Federal.
“Los últimos dos incrementos fueron de tres cuartos de punto porcentual, los más elevados que habíamos visto en la historia, y la próxima semana, la Reserva Federal va a volver a aumentar su tasas de interés”, la cual se estima será nuevamente de 75 puntos base ante la subida en el índice de los precios al consumidor, indicó.
Y no se detendrá ahí, pues aunque la tasa de interés en Estados Unidos ha alcanzado niveles históricos aún es posible que siga aumentando. En 1980 llegó casi al 20 por ciento, en una estrategia para frenar de tajo la inflación.
“Fue necesario ese salto para poder detener la inflación, no sabemos hoy a ciencia cierta dónde va a estar el techo de la inflación y de los precios”, remarcó Quintana.
A su vez, el alto nivel en los precios puede verse afectado por conflictos tanto internacionales como nacionales, es el caso de la huelga de trabajadores ferroviarias que se presentó este jueves en el país y que despertó temores por el riesgo de una eventual crisis.
“Eventos como este pueden desatar nuevas presiones sobre los precios”, aseguró.
¿Hasta dónde llegó la inflación en EU en agosto?
El índice de precios al consumidor en Estados Unidos aumentó 0.1 por ciento desde julio, después de no haber cambios en el mes anterior, según mostraron los datos del Departamento de Trabajo este martes. Con respecto al año anterior, los precios subieron 8.3 por ciento, una ligera desaceleración.
El llamado IPC subyacente, que excluye los componentes alimentarios y energéticos más volátiles, avanzó 0.6 por ciento desde julio y 6.3 por ciento desde hace un año. Todas las medidas llegaron por encima de las previsiones.
La aceleración de la inflación apunta a un costo de vida obstinadamente alto para los y las estadounidenses, a pesar de cierto alivio en el precio de la gasolina. Las presiones sobre los precios siguen siendo históricamente elevadas y generalizadas, lo que apunta a un largo camino por recorrer hacia el objetivo de inflación de la Reserva Federal.