Economía

La comida está ‘por los cielos’... y el mundo tira a la basura un tercio de sus alimentos

La FAO criticó que se pierde un 14% de los alimentos en el transporte, y otro 17% en tiendas y por culpa de los consumidores.

La venta al menudeo es un área de oportunidad para reducir este problema, pues en México se calcula que hasta un 50% de la venta al por menor es informal (Shutterstock)

Aproximadamente 14 por ciento de los alimentos que se producen cada año se pierde durante la distribución, mientras que los minoristas y los consumidores acaban desperdiciando otro 17 por ciento adicional lo que significa que casi un tercio de los alimentos se desperdicia, reveló la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).

“Abordar tales ineficiencias y romper el círculo vicioso entre la pérdida y el desperdicio de alimentos y el cambio climático, especialmente en un momento en que los precios de los alimentos están inflados, es una prioridad máxima”, indicó el organismo en su mensaje a la víspera del Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos.

La FAO estima que hay 3 mil 100 millones de personas en todo el mundo que no tienen acceso a una dieta saludable y unos 828 millones siguen pasando hambre.

¿Cuánta comida desperdicia México?

En México se estima un desperdicio de 94 kilos de alimentos en los hogares; comparado con 59 kilogramos en Estados Unidos y 79 kilos en Canadá, según el Índice de Desperdicio de Alimentos 2021 del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).


La venta al menudeo es un área de oportunidad para reducir este problema, pues en México se calcula que hasta un 50 por ciento de la venta al por menor es informal, es decir, en mercados al aire libre.

La pérdida y el desperdicio de alimentos también representan entre 8 y el 10 por ciento de los Gases de Efecto Invernadero (GEI), lo que contribuye a un clima inestable y fenómenos meteorológicos extremos, como sequías e inundaciones.

Estos cambios tienen un impacto negativo en el rendimiento de los cultivos; reducen la calidad nutricional; provocan interrupciones en la cadena de suministro, y amenazan la seguridad alimentaria y la nutrición.

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