El creciente riesgo de recesión para el próximo año ocupará el tema central de la agenda de las reuniones anuales de otoño del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), con la finalidad de encontrar políticas que ayuden a mitigar estos efectos sin dejar de lado el combate al cambio climático, alertaron.
“Hay un riesgo real de una recesión mundial el año entrante, las economías más avanzadas están desacelerándose de modo que vamos a ver qué pasa. La depreciación de la moneda quiere decir que los niveles de deuda se han agravado, el aumento en las tasas de interés representa una carga adicional que especialmente afecta a los más pobres. Esos son los temas”, dijo David Malpass, presidente del Grupo del Banco Mundial.
Por primera vez en tres años, las reuniones en Washington se realizan de manera presencial. “Especialmente estamos aquí en un momento difícil”, advirtió Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI, durante la charla uno a uno para dar apertura a los trabajos en los que al unir esfuerzos buscarán “ayudar a manejar el dolor que nos espera en 2023″.
El FMI ha calculado que el equivalente a un tercio de la economía mundial tendría por lo menos dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo este año y el entrante, y la cantidad total que se pierde por la desaceleración en la economía mundial va a ser entre hoy y 2026 por 4 billones de dólares, equivalente al tamaño de Alemania.
“Hay una desaceleración en las tres economías clave del mundo. En la zona euro por los precios del gas que han aumentado drásticamente; China que por perturbaciones y por la volatilidad del sector vivienda está creciendo menos, estamos viendo un problema muy importante que está reduciendo el crecimiento, y en Estados Unidos, el mercado laboral sigue siendo un mercado fuerte, pero a la vez está perdiendo impulso porque las tasas de interés empiezan a cobrar efecto”, dijo.
Subsidios focalizados
El FMI recomienda tomar acciones necesarias, y en primer lugar hay que contener la inflación, pues “no nos podemos dar el lujo de que se dispare, estamos corriendo un riesgo si no tomamos acciones decididas para controlarla, pero es difícil de navegar”, y en segundo lugar, dar apoyo focalizado porque si no estamos alimentando las llamas de la inflación”, dijo Georgieva.
La pandemia dejó 70 millones de personas más en pobreza y causó una baja importante en el ingreso medio, según el último informe sobre pobreza del Banco Mundial, por lo que Malpass destacó la necesidad de un esfuerzo concertado para describir las políticas de crecimiento para el futuro y control de las expectativas de inflación.
“Hay que tener metas, si hay subsidios se tienen que focalizar porque solo hay determinada cantidad de disponibilidad fiscal; no puede haber un subsidio generalizado porque rápidamente se agotan los fondos. Menos subsidios para los más ricos y más disponibilidad de financiamiento para mujeres y nuevos negocios. Ir país por país para tener programas más fuertes”, apuntó Malpass.
Por otra parte, Georgieva señaló que podemos sobrevivir con inflación, pero no con “una crisis descontrolada del clima y movilizar recursos para que el clima sea más resiliente es lo que debemos hacer”, y advirtió que la comunidad mundial destina aproximadamente 30 mil millones de dólares para adaptación y mitigación del clima, pero lo que se necesitan son entre 3 y 6 billones de dólares.