Las posibilidades de mayor agitación en los mercados financieros, con una pérdida del apetito por activos de mercados emergentes a la búsqueda de refugios, obligan a mejorar la resiliencia, usar las reservas internacionales con prudencia, restablecer líneas de canje con bancos centrales de economías avanzadas y aprovechar las líneas precautorias que les otorga el Fondo Monetario Internacional (FMI), señalaron Gita Gopinath, primera subdirectora gerente y Pierre-Olivier Gourinchas, director del Departamento de Estudios del organismo.
“Los países deben preservar reservas de divisas vitales para hacer frente a salidas y turbulencias potencialmente peores en el futuro. Aquellos que puedan deberían restablecer las líneas de canje con los bancos centrales de las economías avanzadas”, recomendaron en un artículo publicado en el blog del FMI.
El que algunos bancos centrales de mercados emergentes como México se hayan adelantado al ciclo de ajuste monetario global, las presiones cambiarias para estas economías, en promedio, han sido menos severas que para las economías avanzadas, y algunas, como Brasil y México, incluso se han apreciado, reconocieron los expertos, pero aun así, el contexto de incertidumbre obliga a hacer más resilientes.
Prueba de la incertidumbre es la posición del dólar estadounidense en su nivel más alto desde el 2000 como un factor adicional de presión a la inflación global, una vez que la participación del dólar en las exportaciones mundiales se ha mantenido en torno al 40 por ciento. Según estimados del FMI, en promedio, el traspaso de una apreciación del dólar del 10 por ciento a la inflación es del 1 por ciento.
“Tales presiones son especialmente agudas en los mercados emergentes, lo que refleja su mayor dependencia de las importaciones y su mayor participación en las importaciones facturadas en dólares en comparación con las economías avanzadas”, expone el documento.
Además de la apreciación del dólar frente, los riesgos a la baja en el horizonte podrían causar mayor agitación en los mercados financieros con una pérdida de apetito por activos de mercados emergentes en busca de refugios más seguros por lo que mejorar la resiliencia deber ser una prioridad.
“Los países con políticas económicas sólidas que necesitan abordar vulnerabilidades moderadas deben aprovechar de manera proactiva las líneas de precaución del FMI para satisfacer futuras necesidades de liquidez”, señalaron los especialistas.
México tiene una línea de crédito flexible con el FMI de 50 mil millones de dólares. El costo de endeudamiento en el marco de este instrumento es el mismo que en el marco de los acuerdos standby tradicionales del FMI y la Línea de Precaución y Liquidez (LPL).