Hay riesgo de que la inflación se “enquiste” entre los países de América Latina si se relaja la política monetaria antes de tiempo, y será mas costoso restaurar los precios, advirtió el Fondo Monetario Internacional (FMI), a la vez que identificó también presiones por el lado de los mercados laborales con el aumento salarial.
“Los salarios nominales aún parecen rezagados con respecto a la inflación, pero están acelerándose y pueden exacerbar las presiones inflacionarias en un contexto de mercados laborales cada vez más ajustados”, advirtió en su informe “Perspectivas Económicas de América Latina”, presentado este miércoles desde Chile.
Hasta la fecha, el crecimiento de los salarios nominales ha ido a la zaga de la inflación, pero se están acelerando y podrían contribuir a las presiones inflacionarias, al tiempo que las empresas transmiten la subida de precios de la mano de obra a los consumidores, sobre todo porque la capacidad económica ociosa que predominaba entre el 2020 y el 2021 casi ha desaparecido.
“Los salarios mínimos subieron por encima de la inflación el año pasado, lo que podría traducirse en mayores presiones sobre los salarios nominales, en especial en los sectores informales de la región. La presencia de mecanismos de indexación —unida a los antecedentes históricos de inflación elevada en la región—, así como los retrasos en el ajuste de los precios administrados, contribuyen al riesgo de que la inflación elevada se arraigue”, puntualizó.
Con un proceso inflacionario que “se está tornando cada vez más persistente”, el FMI recomienda no relajar la política monetaria antes de tiempo. Las cinco economías más grandes de la región, Brasil, Chile, Colombia, México y Perú alcanzaron la inflación más alta en dos décadas y eso que los bancos centrales se anticiparon y elevaron las tasas de interés mucho más pronto que en otras economías.
“Dado que la inflación aún no cede, y que la mayoría de las economías siguen operando a su nivel potencial o cerca de ese nivel, se debe evitar un relajamiento prematuro de la política monetaria, la cual ha de mantener su curso. Tener que restaurar la estabilidad de precios más adelante si la inflación se enquista sería muy costoso”, señala el documento presentado desde Chile en el que reitera los pronósticos de crecimiento para la región de 3.5 y 1.7 por ciento este y el siguiente año.
“Los riesgos a la baja predominan sobre las perspectivas y obedecen a las condiciones financieras más restrictivas, una desaceleración mundial más pronunciada y el enquistamiento de la inflación. Otros riesgos importantes para la región son una drástica caída de los precios de las materias primas y el malestar social”, detalló.
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Costos por subsidios, desafío extra para México
Los desafíos adicionales para México, además del riesgo de “enquistarse” la inflación si se relaja la política monetaria o si los salarios suben de más, son los costos al presupuesto por los subsidios a la gasolina y mayores intereses pagados.
“Los costos presupuestarios por los subsidios generalizados a los combustibles y los mayores costos por concepto de intereses a causa de las sorpresas al alza de la inflación son desafíos fundamentales a corto plazo”, señala en su informe Perspectivas Económicas de América Latina, desarrollado por el departamento del Hemisferio Occidental.
La inflación ha subido “marcadamente en México, aunque algo menos que en Estados Unidos y países semejantes de América Latina”, reconoce el organismo y prevé que la política fiscal mantenga una tónica prudente, acorde con el tradicional interés en preservar la sostenibilidad a largo plazo.
Espera que la economía mexicana se desacelere a finales del 2022 y comienzos de 2023, en paralelo con Estados Unidos; anticipa un crecimiento del PIB de 2.1 y 1.2 por ciento respectivamente, en tanto que proyecta una variación interanual de la inflación de 8.5 por ciento este año y 4.8 por ciento en 2023 para ubicarse apenas debajo de 4 por ciento en el 2024.